viernes, 4 de mayo de 2007

Un Incidente en el Consultorio


Máximo colgó el teléfono con un golpe seco, con la manga se limpió el sudor de la frente. Una tenue pulsación comenzó a martillar sobre sus sienes hasta alcanzar las paredes de la habitación y unas extrañas luces comenzaron a danzar delante de él. El ruido del golpe hizo que la enfermera entrara al consultorio.

-Pasa algo doctor?
-No pasa nada – dice colocando sus dedos sobre la sien derecha.
-¿Qué pase el primer paciente?
-Si, es mejor que empecemos de una vez

Mientras acomoda sus lapiceros, libreta y linterna de mano, Máximo, el Doctor, continúa frotándose la mitad de la cabeza que estalla en un dolor ancestral. Se abre la puerta del consultorio lentamente y aparece la primera paciente, una mujer obesa que de a pocos aterriza frente al escritorio.

-Buenos días señora, ¿cuál es el motivo de la consulta?
-Me duele aquí en el cerebro, doctor- dice agarrándose la nuca
-¿Desde hace cuánto tiempo?
-Desde hace mucho.
-¿No recuerda cuánto?
-No, hace tiempo otro doctor me vió y me dijo que tenía algo
-¿Qué le dijo?
-No me acuerdo

La paciente seguía gesticulando como en una función teatral, sus manos recorren la nuca, los ojos y la oreja izquierda hasta frotarse la cabeza entera, mientras que por la mente de Máximo circulaban los recuerdos de la llamada telefónica, el martilleo constante en su cabeza y la manera de terminar la consulta lo más pronto posible

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