sábado, 26 de noviembre de 2011

Truenos ¿Inesperados?



Un estruendo lejano me desconectó de mi cuidadosa lectura. Un cielo ovillado de nubes densas y grises que no decía nada en especial. ¿Un trueno? casi imposible a 400 metros de la costa limeña. Recordé mis viajes a la sierra o la selva ¿en qué momento se desencadena la tormenta? Pensé.Volví a trabajar. La rutina de siempre.


Más tarde, aprovechando la tranquilidad de la noche inicié el asalto de mis armarios y fabriqué una pila de libros: El Sol de Lima y Sobre el 900 de Luis Loayza, El regreso de las epidemias de Marcos Cueto, La Peste de Albert Camus, 7 Ensayos sobre la realidad peruana de José Carlos Mariategui (el último, un excelente ensayo sobre la literatura peruana de entonces), La Ciudad de los Tísicos de Abraham Valdelomar, La Florida del Inca de Garcilaso de la Vega, Las Palmeras Salvajes de William Faulkner, Los Ríos Profundos de José María Arguedas, La Utopía Arcaica de Mario Vargas Llosa; y, finalmente Observaciones sobre el clima de Lima y su influencia sobre los seres organizados de Hipólito Unanue


Pluma en mano. Post-it. Fichas bibliográficas para acometer la tarea de tomar notas hasta caer abatido por el sueño. De cuando en cuando una vista al noticiero de la tele: Truenos en Lima.
Era cierta mi sospecha. Un miembro del servicio de meteorología explicando la ocurrencia de truenos en una ciudad como Lima que aunque tropical se comporta distinto a causa del anticiclón del Pacífico. Techos planos por doquier.


Palmeras salvajes. La expedición española en la Florida, un clima tropical por excelencia. El Sol de Lima y las confusiones literarias sobre el clima de nuestra ciudad. La influencia del clima en los seres organizados.


Cambio de clima ¿cambio de actitudes?


Espero que sí. Ya es hora


Mientras tanto, regreso a rellenar mis fichas con un entusiasmo mayor. El impulso que necesitaba para no ser vencido por el sueño. La construcción de textos para edificar una ciudad literaria.


¿Y la medicina? Bien, gracias, ya mañana habrá tiempo en el curso de medicina tropical y desde el jardín del hospital ver el lento movimiento de las nubes espesas.

martes, 15 de noviembre de 2011

El Valor de la Lectura



Una redacción fallida puede llevar a confusión. Este es el caso del artículo de Marcela Robles publicado el pasado domingo en el Comercio: La cultura no basta. El texto refiere a las declaraciones de Bernard Pivot, un exitoso conductor de programas culturales en la televisión francesa.


El articulo consume gran parte de su espacio haciendo una reseña de la vida de Pivot y solo en los párrafos finales comenta una declaración del conductor francés, quién descubrió que desgraciadamente, la cultura no hace mejor a la gente, a propósito de los instruidos generales nazis. Si a eso sumamos el titular y una frase resaltada: hay gente que sin ser culta tiene mucho más dignidad e integridad que cualquiera. Un lector distraído puede quedar con la impresión que la lectura es prescindible.


Y creo que allí radica el error del artículo, en resaltar las aristas negativas de una declaración sacada de contexto, en confundir cultura con acumulo de conocimientos, en este caso datos, y a hacer una generalización acerca de un tema singular. Aparte de colocar el problema en una situación maniquea: los lectores no serían mejores y los no lectores si lo son. Es cierto que la sensibilidad artística o el talento a veces no van acompañados de cualidades humanas, y de ello tenemos no pocos ejemplos, pero no por eso podemos establecer generalizaciones que pueden llevar a la confusión y desalentar las pocas oportunidades que tiene hoy el desarrollo de la cultura, hoy arrinconada por el entretenimiento burdo y falaz.


Leer si nos hace mejores personas, pero esto no serviría de nada sino leemos con sentido y profundidad, si esto no va acompañado del desarrollo de otras cualidades humanas como honradez, honestidad, responsabilidad, empatía y tolerancia, entre otras, las cuales son perfiladas desde la cuna y mejoradas a lo largo de nuestra formación como personas. Sin ese terreno fértil, la lectura se convierte en una simple decoración que usan los arrogantes y pedantes para sentirse superiores o mitigar sus imperfecciones como persona. Esto me hace recordar el ejemplo de algunos maestros, verdaderas enciclopedias pero que tenían pies de barro según llegué a darme cuenta a lo largo de mi vida profesional. Algo de eso trata de corregir el texto de Robles en la coda de su artículo, pero que no es aclaración suficiente:

Nuestra dimensión cultural es quizás una de las que más nos enriquece y hace crecer en términos humanísticos, y Dios nos libre de la ignorancia. La cultura, en todas sus manifestaciones, nos abre puertas inimaginables, y es lo que debería permitirnos, precisamente, lo que logró Pivot: ser más sencillos y directos, más cálidos y menos recovequeros para poder comunicarnos mejor con los otros. Porque la simple erudición no basta, ni situarse en un pedestal cual pavo real y enamorarse (solamente) de lo que uno dice.


Lamentablemente, como pude corroborar el mismo día de su publicación, escuché un comentario como para que leer si la cultura no basta. Y si me preocupé ya que el problema actual es luchar para que los jóvenes lean, en medio de diagramas de power point, mensajes de texto (mal escritos) o imágenes en iPads, y a partir de tal lectura puedan obtener las conclusiones correctas.


Una persona leída y cultivada, criada dentro de determinados valores, será mejor persona y por ende mejor profesional. Y en el caso de los médicos, con una visión humanista y no meras cajas de resonancia y repetidores de conocimientos sin la mínima pizca de misericordia ante una persona enferma.

Es parte de mi misión y espero que mis alumnos así lo entiendan.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

¿Pandemias para Dummies?



La película Contagion de Steven Sodenberg es un ejemplo para aprender de los errores en narrar una historia. Fui a ver la película a pesar de mis reparos por la mayoría de los blockbustes de Hollywood, que me hace entre otras cosas negarme a ver por ejemplo Avatar o Transformers.


La verdad es que Contagion confirmó mis temores y resultó para mí una decepción. La película funciona por parches y tiene un persistente y quisquilloso afán didáctico. Al ser una obra poblada de personajes encarnados por actores famosos, sus actuaciones se pierden dentro de la gran trama coral y lo peor es que existen algunos, como el caso de Elliot Gould con su irreverencia frente a los protocolos que descubre el medio de cultivo viral o el de Marion Cotillard con su Sindrome de Estocolmo, que aparecen para dejar una lección y luego desaparecen sin una adecuada resolución narrativa. A cada momento existe un giro en la acción propio de un deux et machina.


Steven Sodenbergh y su guionista han trabajado sobre una plantilla bien elaborada desde el punto de vista científico. Éste es un microbio (el llamado MEV 1) que pertenece a los Paramyxovirus (de donde salen los virus del Sarampión, Paperas y Parainfluenza, así como el de la Distemper canina), originario de los murciélagos (como el virus Nipah), que se recombina dentro de los cerdos, como lo hacen las cepas aviares y humanas en el caso real del virus de la Influenza en el sur del continente asiático. El argumento parte de la premisa bien conocida entre los científicos, que muchos de los virus dan un salto cualitativo entre diversas especies para mantener su propia supervivencia y provocan serias epidemias o epizootias, como lo fue el SARS de quien copian la historia y patogénesis. A lo largo de toda la película, las imágenes nos van sembrando de pistas para que no nos queden dudas acerca de la verosimilitud de ya sea el trabajo de laboratorio o del trabajo de campo. Por ejemplo, si son buenos observadores pueden leer en el computador de uno de los virólogos el listado de los virus con se intenta una concordancia entre códigos genéticos y encontrarán al virus Nipah. también pueden aprender sobre los niveles de bioseguridad cuando uno de los científicos rompe las restricciones impuestas por las autoridades.


Contagion se convierte entonces en un manual acerca de las epidemias, donde no falta nada: una cámara que incide y explica cual es el modo de transmisión: el aéreo. En qué consiste una cuarentena, hoy llamada distanciamiento social. Cómo se rompe toda la armonía social en una epidemia. Cómo se trabaja ahora para descifrar el código genético y la patogénesis de un virus. Los niveles de Bioseguridad 3y 4 de los laboratorios. La fácil diseminación global de las infecciones que en horas atraviesan continentes, como lo hizo el SARS. Cómo se manejan las autoridades sanitarias frente a los medios de comunicación. Cuáles son los pasos y problemas que se enfrentan en la producción y distribución de vacunas. Cuál es el rol de las compañías farmacéuticas y de los organismos internacionales, como el CDC y la OMS. La presencia perturbadora de los bloggers (grafittis con acentos, según un personaje) y aquellos que frente a cualquier epidemia venden remedios milagrosos, en esta película Forsithia, como en la vida real he visto el Cartílago de tiburón, la Uña de gato y el Noni.


Si en algo funciona Contagion es en su afán didáctico y cuando en el guión el personaje es la comunidad, y me pregunto si no hubiese sido mejor trabajar la idea de un falso documental en lugar de poner a múltiples personajes sin nadie que tenga un rol dramático y trascendental en la trama. Salvo que quiera llamarse drama ver una necropsia en el cuerpo de Gwyneth Paltrow o ver el cuerpo de Kate Winslet envuelto en una bolsa mortuoria.


Una reflexión final, me lleva a pensar en algo que vengo reflexionando hace un par de años, acerca de la decadencia de los Estados Unidos y su sistema. Si es que Sodenbergh ha querido recalcar que tras la crisis política y moral post 11 de Setiembre y la debacle económica global post burbuja inmobiliaria, en el mundo se cierne la paranoia de una gran pandemia como una plaga apocalíptica más.


Si quiere ir a ver una gran película, puede buscar otras alternativas. Ya que esta película me huele a best seller donde todo se explica, ya sea en diálogos que parecen discursos de clase universitaria y si le queda dudas a la cámara solo le falta poner una flecha para que no queden dudas. Con decir que existen espacios donde la imagen está acompañada de música que recuerda a los intervalos de descanso noticioso de CNN o BBC.


Otro tema es ver la película como un crash course acerca de pandemias. La visión de esta película es recomendada entonces para reemplazar el dictado de algunas clases de epidemiología y microbiología y luego entablar un cine fórum. Ojo estudiantes de medicina, ir bien leídos antes de ir al cine, ya que sus acompañantes le acribillarán a preguntas luego de ver la película y es menester no quedar mal.


Intenté estornudar al final de la película para dar con cierto dramatismo que compense mi desazón, pero ni eso me salió.