martes, 24 de junio de 2008

Padres Literarios


Se habla mucho del parricidio en literatura pero es innegable la influencia que ejercen ciertos escritores sobre otros.


Aquí una lista de padres literarios de algunos escritores, entre los que me incluyo, aunque no necesariamente me adhiera:



  • Vladimir Nabokov

  • Henry James

  • Gustave Flaubert

  • Guy de Maupassant

  • William Faulkner

  • Lev Tolstoi

  • Luis Loayza

  • Mario Vargas Llosa

  • Charles Bukowski

  • Julio Ramón Ribeyro

  • Haruki Murakami

  • Ryonosuke Akutagaba

  • Yasunari Kawabata


También alguien puede hablar de "madres literarias" pero esa tarea la dejo a mis amigas escritoras.

En la foto: Nabokov listo para el clinch

Padres Médicos


Estamos aún en el mes del Padre, con un poco de retraso entrego la lista de escritores cuyos padres fueron médicos:




  • Miguel de Cervantes (Rodrigo Cervantes, cirujano)


  • Gustave Flaubert (Aquiles Cléophas Flaubert es el cirujano en jefe del hotel Dios.


  • Aristóteles (Nicómaco, de la escuela Asclepiades)


  • Oscar Wilde (Sir Williams Robert Wills Wilde, cirujano otorrinolaringólogo)


  • Marcel Proust (Adrien Proust, epidemiólogo y salubrista)


  • Fiodor Dostoievski (Mijail Dostoievski, médico de un hospital para pobres en Moscú)


  • Sinclair Lewis (Edwin J. Lewis, un médico rural)


  • Jacinto Benavente (Mariano Benavente, pediatra)


  • Ernst Hemingway (Clarence Hemingway que se suicidó por una enfermedad incurable)


  • Gabriel Garcia Marquez (Gabriel García, estudió medicina pero se dedicó a boticario)
En la Foto: Aristóteles, autor, entre otros libros, de Poética

martes, 3 de junio de 2008

Código de Barras

Fuente: Google
Todos tenemos un lenguaje. Hablamos no solo con las palabras sino con las manos y el cuerpo. Pero las palabras tienen un peso especial, pueden quedar grabadas, con ellas podemos construir murallas, tender puentes o provocar una herida.


Por otro lado, las palabras suavizan y calman. Protegen y curan. Estamos hechos de palabras y ellas se arreglan, se disfrazan, se transforman y juegan con los hechos.


En un juego que a veces es armónico y a veces distónico. Se aman y se pelean, se crean y se destruyen. De esta manera nuestro universo, el propio, está en constante movimiento.



Somos personas, una suma de palabras y de hechos. Un código Hammurabi personal e intransferible.



Que en este tiempo virtual ha mudado a código de barras.