Fuente: Google
Que en este tiempo virtual ha mudado a código de barras.
Todos tenemos un lenguaje. Hablamos no solo con las palabras sino con las manos y el cuerpo. Pero las palabras tienen un peso especial, pueden quedar grabadas, con ellas podemos construir murallas, tender puentes o provocar una herida.
Por otro lado, las palabras suavizan y calman. Protegen y curan. Estamos hechos de palabras y ellas se arreglan, se disfrazan, se transforman y juegan con los hechos.
En un juego que a veces es armónico y a veces distónico. Se aman y se pelean, se crean y se destruyen. De esta manera nuestro universo, el propio, está en constante movimiento.
Somos personas, una suma de palabras y de hechos. Un código Hammurabi personal e intransferible.
Que en este tiempo virtual ha mudado a código de barras.
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