sábado, 31 de mayo de 2008

Tips para el Click


Regreso al tema de la construcción mental del sexo, que es una materia maleable y versátil. Para tal fin paso a resumir un listado de razones psicosociales de porqué las personas tiene sexo, aparecido en un suplemento especial de la revista Lancet en el año 2000 (AIDS Series). Las razones no son mutualmente exclusivas y pueden ocurrir en una misma persona en diferentes oportunidades. Paso a enumerar:



  1. Obtener placer.

  2. Con fines de procreación.

  3. Alimentar una relación, expresar afectos.

  4. Satisfacer la necesidad por una relación íntima o contacto físico.

  5. Gastar el exceso de energía o hacer ejercicio.

  6. Combatir el aburrimiento.

  7. Para lograr el sueño

  8. Para aplacar una erección.

  9. Cumplir con las demandas de la pareja.

  10. Proveer o recibir una recompensa.

  11. Cumplir con los roles o expectativas sociales.

  12. Afirmar el rol de género o la sexualidad.

  13. Ganar aceptación social.

  14. Demostrar poder.

  15. Atrapar a otra persona.

  16. Satisfacer un comportamiento compulsivo.

  17. Para conseguir dinero.

Los autores, que en el artículo intentan explorar los comportamientos sexuales para ejecutar programas de prevención del SIDA, refieren además que los datos fueron obtenidos a partir de trabajos publicados y hallazgos encontrados en obras literarias en verso y en prosa.


Para pensar este fin de semana.


miércoles, 28 de mayo de 2008

Web Extra


Este mes ha sido publicada la edición 17 del libro Harrison´s Principles of Internal Medicine, todo un acontecimiento ya que es para mi como una Biblia, es el texto de consulta desde que era estudiante y es recomendado como texto obligatorio en los cursos de Clínica.


Personalmente tengo tres ediciones en casa, debido a ese inveterado, impenitente e incondicional amor a los libros, siempre una edición es distinta a la otra y eso lo hace muy particular ya que uno leyendo sus páginas puede revivir como se pensaba en es época o puede recoger información útil que un editor, émulo estéril de Gordon Lish, no hace para mejora el texto sino por razones de espacio. La edición 11 la compré con mi primer sueldo, la 13 la sufrí trayendo 2 kilos de información en la maleta y la 15 me llegó regalada por McGraw Hill para diera mi opinión crítica que desde luego envié inmediatamente.


Con los años he aprendido a leer el prefacio de las nuevas ediciones, del Harrison´s y todos los otros textos a los que me expongo con placer, en ellos puedo entender la intención de los autores y saber porque se privilegian unas secciones mas que otras, a diferencia de la literatura donde lo importante es leer la obra completa y no fijarse mucho por las carátulas o las contratapas.


La edición 17, igual que la anterior, está plagada de color, todas las tablas, gráficos y algoritmos están coloreados, lo que hace la lectura por momentos agobiante, en Medicina, igual creo que en Literatura, lo que importa es lo que se dice mas que el color en si mismo.


Sin embargo, dos cosas me han llamado la atención:



  1. La aparición de capítulos electrónicos, que solo se pueden leer en el DVD que acompaña a los dos tomos.


  2. Que en el prólogo se ha reemplazado la palabra leer por navegar.

Entonces ahora cada que lea la edición 17 no estaré leyendo sino navegando y mañana que invite a mis alumnos a encontrarse con el libro les diré tienen que navegarlo en lugar de leerlo.


Y esto me hace ver hasta que punto Internet ha entrado en nuestras vidas, al punto de modificar los patrones de estudio, los textos pueden ser intercambiables o leerse al mismo tiempo.


Hace unos días leí comentarios en los blogs Moleskine Literario y en Puente Aéreo sobre lo que dijo Tom Wolfe acerca de la muerte de la novela como se concibe hasta hoy, y me puse a pensar en el cambio de paradigmas y en la evolución que han tenido las novelas, de como el Quijote cambió el concepto de las novelas de caballería, de como cada cierto tiempo una novela o un movimiento da un golpe de timón a la literatura, recientemente hay toda una discusión sobre la literatura latinoamericana y sus parricidios.


Me pongo a pensar si en el futuro estaremos frente a novelas que conjuguen dos estilos, como la última de JM Coetze Diario de un Mal Año que conjuga argumento y ensayo, o que venga con una versión impresa y otra electrónica, como un DVD adicional o un enlace a internet al que se ingrese por medio de una clave que viene en el libro impreso. Por ejemplo Elfriede Jelinek ha publicado su última novela en su blog y se llama Neid


O acaso las versiones electrónicas de libros en el Amazon Kindle, que tengan enlaces con capítulos enteros que el escritor desea mantener pero fueron limitadas en la edición. Las revistas médicas han optado por esta vía, la sección Web Extra, toda la información adicional que no cabe en la impresa.


Tal vez algún día volvamos a las novelas por entregas, esta vez por Internet y podamos volver a vivir lo que vivieron nuestros abuelos, porque la Historia se repite, esta vez a nivel virtual.

Las Parafilias


Las Parafilias son desviaciones del impulso sexual (del griego παρά, para, "al margen de", y φιλία, filía, "amor"). En las Parafilias las fantasías sexuales o el impulso sexual, que son intensos y recurrentes, no van hacia la cópula como fuente de placer sino que están dirigidas a un objeto, situación particular, actividad o personas que no pueden dar su consentimiento. En el pasado las parafilias eran llamadas perversiones.


Es muy diferente al foreplay o juegos sexuales previos a la cópula. En las parafilias el fin no es la cópula sino estas situaciones extrañas. Las conductas que se desvían de la norma tienen un carácter compulsivo, lo que las hace recurrentes. Las parafilias son primariamente desordenes del sexo masculino.


Entre las parafilias mas comunes tenemos



  1. Exhibicionismo, mostrar genitales en publico


  2. Fetichismo, atracción por objetos


  3. Froteurismo, frotar el cuerpo con una persona que no lo consiente


  4. Pedofilia, hacia los niños


  5. Masoquismo, sentir placer al sentirse herido o humillado


  6. Sadismo, sentir placer al provocar dolor o humillación


  7. Travestismo, placer al ponerse ropas de otro sexo


  8. Voyeurismo, observar secretamente a otro.

Otras parafilias son la Escatologia (llamadas telefónicas obscenas), Necrofilia (excitación por los cadáveres), Urofilia (placer al sentir orinar a otra persona), Hipoxifilia (tener la sensación de asfixia, como el ahorcamiento), Zoofilia (placer con los animales), entre otras que alcanzan el centenar.


Ese placer descubierto por Maria Teresa al orinar de terceros quedó a medias en su etapa de aprendizaje sexual, no sabemos si llegará a ser una parafilia o solo es una ruta de exploración que encontrará su cauce apropiado, dirigido a otra persona, en el futuro.


Existen muchas teorías para explicar estas perversiones, desde el psicoanálisis pasando por las teorías de Darwin a la escuela del comportamiento, en todas ellas estamos hablando de sujetos de pobre autoestima, los cuales son incapaces de completar el proceso de cortejo normal entre humanos. Por otro lado, existe la hipótesis del condicionante, es decir el estimulo que lleva a la cópula pero que pasa a convertirse en el fin del impulso sexual.


Las parafilias dañan la capacidad para tener una actividad sexual afectiva y sobre todo recíproca. Y este puede ser el caso de Biasutto, un ser oscuro y acaso de pobre autoestima, que requiere de un tinglado normativo para sentirse importante, para subir al pedestal de los admirados, que ha creado un imprio en base al temor y a la represión, donde solo él manda.


"...nadie entra al baño ahora, y de nada serviría. El señor Biasutto es el que manda..."

Es en el cubículo del baño donde Biasutto humilla a María Teresa obteniendo placer aun expensas de su impotencia o de repente a causa de ello. La escena del baño bien podría graficar las escenas de un sadismo sexual entre los dos personajes, una escena que se repite una vez mas.



la repetición estricta de una conducta que ya quisiera ser rito no ayuda para nada. Es para ella la misma consternación de antes, el mismo azoramiento, el mismo miedo.


Es ese mismo miedo que para Biasutto es señal de excitación.

En la foto: Una pintura de Gerome, Pigmalion y la Galatea

Sexo = Constructo

Fuente: www.bmj.com

Detrás de la novela Ciencias Morales aparecen escondidas las pasiones de sus personajes. Maria Teresa y Biasutto, que son los pivotes de la historia, ya que los personajes secundarios, la madre, el hermano y los alumnos, actúan como una comparsa.


En la historia las normas que rigen a la nación, a la ciudad y al colegio aprietan de tal manera que la tensión acumulada termina haciendo grietas y creando su propio incumplimiento. En este juego de acción y reacción que moviliza el argumento los personajes se oponen y por lo tanto se atraen.


Este resorte argumental es el motor de los juegos sexuales que se muestran en la novela: ella es cándida, reprimida y centrada en una sola tarea -one track mind-, en cambio él es reprimido también pero astuto y con conocimiento cabal de su entorno. Mas aun, sabe como manejarlo.


Mientras la atracción sexual de los alumnos adolescentes funciona como telón de fondo, María Teresa la va descubriendo de a pocos, por ensayo y error, pero no dirige específicamente sus deseos a alguien, sino a situaciones especificas. En cambio Biasutto, aunque no se muestre el detonante, la ha dirigido hacia María teresa y va tendiendo la red hasta el desenlance de las ultimas paginas de la novela.


Analizando esto aparece la idea del impulso sexual, que tiene dos componentes estrachemente relacionados entre sí, el orgánico y el mental. Lo orgánico es nuestra parte animal y sigue una secuencia ordenada que en la mayoría de casos ocurren en respuesta a un estimulo:


  1. Excitación, lubricación genital y cierto grado de ansiedad fisiológica.

  2. Meseta, donde se mantienen lo anterior por un tiempo mas prolongado.

  3. Orgasmo.

  4. Resolución, regreso al estado de reposo.

El tiempo de latencia e inicio de cada uno de las etapas varía considerablemente entre hombres y mujeres, así como de persona a persona. En cada una de las etapas puede ocurrir una disfunción que afecte lo que conocemos como normal.

Si el componente fisico del sexo es predecible hasta cierto punto, en cambio el componente mental puede ser implredecible e inexpugnable. Es un territorio variable pero unico a nivel individual y la razon fundamental es que el sexo es un constructo mental, es decir uno imagina el sexo en base a su manera de vivir. Está determinado por las experiencias previas del sujeto, sus valores y creencias, así como por sus temores e inhibiciones, en este caso represiones. Todos los seres humanos tenemos inhibiciones respecto al sexo, en mayor o menor grado, eso hace que no andemos copulando en la calle como si lo hacen los animales o masturbandonos en las calles como lo hacen los hebefrénicos -una variante de esquizofrenia-. El cerebro domina nuestras fantasias y deseos, nuestras represiones y creencias, asimismo se encarga de proveer las herramientas afectivas que construyen los sentimientos que nos enlazan con la otra persona.

Pero de una manera u otra, así como nos enamoramos, estamos diseñados para rendirnos ante el impulso sexual. Este impulso por lo general está dirigido hacia otra persona, en la gran mayoría de casos a personas del sexo opuesto.

Pero en algunos casos, el impulso no se dirige a personas sino a objetos o situaciones y es precisamente esto es lo que se ve en Ciencias Morales, la presencia de las Parafilias.
En la Foto: las fases del despertar del impulso sexual y los factores que actuan en forma positiva y negativa.

martes, 27 de mayo de 2008

El Universo de las Partículas Elementales


¿Y Biasutto? Agazapado entre las normas, vigila el colegio, domina la situación y acecha a su presa, como un viejo depredador la rodea y juega con ella antes del zarpazo final. En la novela no sabemos desde cuando Biasutto escogió a su presa, pero el sí. El sabe todas esas cosas, cómo y porqué llegó al Colegio de Ciencias Morales, que debe de hacer, cuando replegarse y cuando atacar.


Acaso confeccionó las listas de los muchachos que luego serian desaparecidos por la Dictadura, como restaurar el orden y aplastar la subversión moral. Por ello, al llegar María Teresa encuentra todas las cuerdas tensadas, el camino del laberinto dibujado con señales de alerta, una serie de recovecos que la conducirían hacia su destino deseado, el ascenso y reconocimiento del jefe, pero por donde caminaría hasta caer en la red que Biasutto o sus circunstancias le habrían tendido.


Biasutto, es el Jefe de Preceptores, que en un futuro y en base a méritos propios ocupará el cargo de Prefecto, quien a su vez depende del Vicerrector y este del Rector, y éste de algún oscuro funcionario jerárquico superior que acaso dependa de uno de los hilos de la Dictadura militar.



Usa gomina en el pelo negro y la piel de la cara es despareja. tiene el cuello de la camisa almidonado y el nudo de la corbata mas grande de lo normal. casi nunca pestañea, los ojos son como agujeros. los dientes le quedan ocultos detrás de los gestos compactos.


Carlos Biasutto, que además usa bigote y fuma, nunca sonríe en el colegio. La tensión de sus gestos reflejan el ambiente del colegio, siempre contenido para evitar la eclosión de las fantasías juveniles. Ha creado el punto justo de la relaciones personales, distancia limite para que las juntas sean inocuas y estériles. Como en el universo de las partículas elementales, Biasutto ha creado un entorno atomizado, donde las fuerzas ni se atraen ni se repelen, sino mantienen un equilibrio en el punto cero. De eso están hechas sus relaciones con el entorno, sus interacciones con María Teresa.




Aunque sin que sus manos se desprendan de unas planillas con membrete que lo tienen ocupado, el señor Biasutto se muestra comprensivo.

- Me gustaría mucho ¿sabe qué? Que después conversemos este tema con mayor tranquilidad.

Biasutto y Maria Teresa, uno hecho y otra por hacer, Pigmalion y Galatea. Por eso una tarde o una noche, o de repente en el umbral de ambos se reunen María Teresa y Biasutto, ni tan lejos ni tan cerca del colegio como para no despertar sospechas y ese encuentro que no era fortuito pase como una simple reunión de trabajo. En ese momento el cazador avanza hacia un circulo mas pequeño. Ella toma un café con leche, con mas leche con café, casi un reflejo de ella y el señor Biasutto un Old Smuggler sin hielo, aspero y seco como él.


El circulo se atenaza mas días después, cuando Biasutto descubre infraganti a María Teresa en los baños, pero la perdona o eso nos hace creer, pues en ese momento el gato juega con el ratón antes de comérselo, la invita a lavarse las manos




El señor Biasutto no deja de supervisar todas esas operaciones, como si ella fuese una niña que está en esa edad en la que se hacen trampas con la limpieza y él fuese un padre que debe custodiarla.
Una vez concluido esto se da por concluido el incidente. María Teresa respira aliviada y vuelve a su vida de preceptora y a su labor de centinela en los baños, hasta que un día frío ella se recluye en los cubículos nuevamente. En eso alguien toca a su puerta.


Un chequeo de rutina como dicen los médicos. el señor Biasutto, jefe de preceptores, supervisa la labor de una integrante del cuerpo que comanda.


Ingresa al cubículo y tras de sí cierra la puerta. El cazador alcanzó su presa, esperando ella que esa cosa no asome, y no asoma, no participa.




Mas tarde, cuando pueda, María Teresa va a llorar por todo esto, pero por el momento no llora.

Nadie mas ha entrado al baño y cuando todo concluye Biasutto esboza una mueca y una sonrisa disfrazada de expresión de idiotez. Sin decir nada corre la traba, abre la puerta y sale sin decir nada.


María Teresa se da cuenta que Biasutto al salir no se ha lavado las manos.


Si la encuentran detrás de la puerta


En la historia María Teresa cree ver en la toma de distancia a la hora de formación una actitud libidinosa en uno de los alumnos. El dedo de uno de ellos toca indebidamente el hombro de una de las alumnas, le parece, lo intuye o acaso lo siente.

Porque para María Teresa, rehén de sus propias paranoias y obsesiones, todo lo que observa tiene diferentes lecturas, la mirada de un alumno, los juegos de los chicos y hasta el aroma de sus ropas. Con 20 años y sólo unos años mayor que los chicos, María Teresa parece no salir aun de la adolescencia o mejor dicho parece que la adolescencia no salió aún de ese cuerpo núbil e inmaculado.

Un día de esos, la preceptora de tercero décima cree advertir aroma de tabaco en la ropa de uno de sus alumnos. Lo cree pero sin rastros de certeza tiene que buscar las pruebas para ganarse puntos ante su jefe, el Señor Biasutto.

Solo un poco mas tarde consigue establecer, afectada por la asociación, que Baragli pasó junto a ella con un aroma idéntico al de aquellas noches perdidas, y ese aroma es el que tienen los cigarrillos de tabaco negro. Su padre fumaba esa clase de cigarrillos, unos que venían en paquetes de vetas doradas y verdes; ya no son tan frecuentes, pero todavía se consiguen.
En María Teresa, en quien todas las percepciones tienen un aire sensual, comienza un juego de análisis que la lleva a pensar que Baragli, solo o con amigos, fuma en el baño. Pero para confirmarlo debe entonces iniciar una labor de vigilancia que incluye infiltrarse en el baño de varones. Y allí inicia la primera transgresión, la física la de violentar la barrera natural que divide los baños de ambos sexos, la segunda es la moral, ha resquebrajado las normas del colegio.

Una vez pasado el umbral, su constancia de centinela se encarga de la última transgresión, la de sus deseos reprimidos. Primero son el temor de ser pillada, sus nervios y la ansiedad, María Teresa suda y tiembla, pero debe de permanecer quieta y callada, pero luego se siente liberada en ese micro claustro que forman las paredes del baño y los mingitorios.
Ya no teme que alguien pueda sorprender esa conducta. Una vez dentro, ni bien encierra en un cubículo determinado, se siente segura del todo. Los nervios no dejan de atacarla, sobre todo cuando un alumno entra en el baño, pero a la vez va ganando mayor confianza con la repetición y la costumbre, y hasta podría decirse que haciendo esto que hace, se siente bien.
María Teresa siente en su cuerpo los ruidos del baño, cuando en realidad son solo sus sensaciones, imagina cada chorro de orina que cae, el calor del líquido, la cosa que ella le llama saliendo de su encierro, ventilándose y sacudiéndose, para volver a guardarse. Uno de esos días siente una irrefrenable ganas de orinar, se sube la pollera y se quita la bombacha, rosada y con puntillas, para ella también orinar, algunas veces a la par que el alumno que orina tras el muro, en una especie de copula liquida y caliente, mezcla de alivio y placer.

La visita al baño ahora se ha convertido en un ritual, pleno de intuición y de goce de los sentidos, escucha la orina chorreando, huele el aroma de un fluido seminal y se atreve a ver, a descubrir esa cosa, que estuvo prohibida tantos años para ella. Entonces para María teresa, ingresar al baño se convierte en una pulsión.


Ni al baño de los preceptores ni al baño de las mujeres: va derecho al baño de varones de los alumnos. Entra como siempre, sin ser vista ni hacer ruido, y elige sin pensarlo el último de los cubículos. llega con ganas, por lo que procede sin demora a subirse la pollera y sacarse la bombacha.
Hasta que un día, en el baño de varones, mientras alguien orinaba, ella que está detras de la puerta del cubículo contiguo, siente un cosquilleo y termina limpiándose algo que precisamente no era orina.

Ciencias Morales


En Ciencias Morales, ganadora del Premio Herralde de Novela 2007, Martin Kohan recrea la interacción de dos personajes en un claustro. Estamos en el Colegio Nacional, antiguamente el Colegio de Ciencias Morales, cuyo predecesor fue el Real Colegio de San Carlos.

Ciencias Morales es una novela de aprendizaje, pero también es una novela de atmósfera claustrofóbica, oscura y opresiva. Los sentimientos, represiones y deseos son mas fuertes que la voluntad de los protagonistas, el Sr. Biasutto, el jefe de los preceptores y María Teresa, la preceptora de tercero décima.

En la novela, los deseos soterrados de los personajes se mimetizan con la arquitectura del colegio. Los deseos, que van de la vigilancia estricta y morbosa al cumplimiento ciego y limítrofe del reglamento, se impregnan en el sótano, las lozas y las puertas del baño. La situación se va tensando poco a poco hasta provocar hendiduras en la norma que cede a la presión de las circunstancias, la norma se raja pero no se rompe pues nunca vemos sus astillas.

La trama va subiendo de tono porque aquí todo hierve, las hormonas de los adolescentes de tercero décima, el despertar sexual de María Teresa, la angustia de su madre por el hermano destacado en el ejercito y a punto de entrar en combate, el deseo enfermizo de Biasutto. Todo hierve pero los vapores de esta ebullición no encuentran salida, quedan atrapados en el claustro del colegio.
Es la Argentina de 1982, en plena Guerra de las Malvinas, conducida insanamente por una Junta Militar que ve en la guerra la solidificación de una nación carcomida por la mutilación familiar de los Desaparecidos. Unos años atrás muchos jóvenes fueron asesinados por sus acciones o peor, por sus ideas. El país está partido por la represión, un ajuste de tuerca de las buenas costumbres es necesario, y el colegio sirve a pequeña escala lo que es bueno para la nación. Un reducto de virtudes que debe de ser mantenido a toda costa pero sin daños colaterales, el "punto justo" que llamaba Biasutto.
Que mejor que utilizar el Colegio de Ciencias Morales, creado en 1823 por Manuel Belgrano, con un carácter nacionalizador, que acoge alumnos de toda la nación, pero que lamentablemente no aceptó a Domingo Faustino Sarmiento. El Colegió formó a los hombres de la nación de 1838, inspiradores de la Constitución de 1853 y promotores de la organización nacional.
En medio de esta turbulencia nacional es llamado Biasutto para poner orden en el histórico colegio, guardian de las buenas costumbres y crisol de la moral argentina.
Pare ello, se implantan las normas de observancia obligatoria y se escogen los preceptores que se harán cargo de su cumplmiento, una de ellas Maria Teresa, de tan solo 20 años, ingenua pieza de un ajedrez malsano.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Tal Día Como Hoy




En Tal Día como Hoy de Peter Stamm, última novela leída hasta hace 48 horas, Andreas, un soltero empedernido se cuestiona a si mismo a partir de la aparición de su propia enfermedad.

El protagonista ha cruzado la delgada linea que divide la salud de la enfermedad, este hecho descorre el velo de indiferencia que Andreas ha colocado sobre todos los actos de su vida. Desde joven ha sido incapaz de sostener una relación afectiva duradera, de formar una familia, se ha dedicado a escapar de las responsabilidades que conlleva la vida convencional de un adulto, pero no logra escapar del desequilibrio producido por una enfermedad.

En la vida de Andreas todo es apatía y orden, donde los afectos están velados y el cariño de la mujer o mujeres siempre es circunstancial. Andreas no se compromete, marca una distancia racional con sus semejantes. Andreas desea la mujer ajena con la disciplina de un reloj suizo.

En la vida de Andreas las relaciones humanas y sentimentales adquieren una categoría funcional, que provoca en las mujeres de las que se rodea un doble juego de atracción y ulterior distancia. Una cuerda elástica. Andreas exuda desamparo y egoísmo que las acerca y las espanta.

Hasta que en un momento, como un agujero en el pantalón que se inicia imperceptiblemente y se hace cada vez mas grande, Andreas desarrolla una ligera tos, que se convierte en exigente, que lo lleva a tomarse una radiografía de tórax, que revela una lesión pulmonar, que a su vez lleva a una biopsia llamada a cielo abierto, es decir con el tórax abierto.

Luego de un pequeño procedimiento quirúrgico la biopsia es tomada y en ese punto de la trama se voltea el reloj de arena. Se inicia la cuenta regresiva: los días que faltan para recibir el resultado. Pero no es el único quiebre, Andreas deconstruye su vida solo para darse cuenta que no ha construido nada solido ni perecedero. Vende su casa, su unica raiz vital para transmutarlo en un auto, que utiliza para desandar sus pasos en busca de respuestas.