miércoles, 28 de mayo de 2008

Web Extra


Este mes ha sido publicada la edición 17 del libro Harrison´s Principles of Internal Medicine, todo un acontecimiento ya que es para mi como una Biblia, es el texto de consulta desde que era estudiante y es recomendado como texto obligatorio en los cursos de Clínica.


Personalmente tengo tres ediciones en casa, debido a ese inveterado, impenitente e incondicional amor a los libros, siempre una edición es distinta a la otra y eso lo hace muy particular ya que uno leyendo sus páginas puede revivir como se pensaba en es época o puede recoger información útil que un editor, émulo estéril de Gordon Lish, no hace para mejora el texto sino por razones de espacio. La edición 11 la compré con mi primer sueldo, la 13 la sufrí trayendo 2 kilos de información en la maleta y la 15 me llegó regalada por McGraw Hill para diera mi opinión crítica que desde luego envié inmediatamente.


Con los años he aprendido a leer el prefacio de las nuevas ediciones, del Harrison´s y todos los otros textos a los que me expongo con placer, en ellos puedo entender la intención de los autores y saber porque se privilegian unas secciones mas que otras, a diferencia de la literatura donde lo importante es leer la obra completa y no fijarse mucho por las carátulas o las contratapas.


La edición 17, igual que la anterior, está plagada de color, todas las tablas, gráficos y algoritmos están coloreados, lo que hace la lectura por momentos agobiante, en Medicina, igual creo que en Literatura, lo que importa es lo que se dice mas que el color en si mismo.


Sin embargo, dos cosas me han llamado la atención:



  1. La aparición de capítulos electrónicos, que solo se pueden leer en el DVD que acompaña a los dos tomos.


  2. Que en el prólogo se ha reemplazado la palabra leer por navegar.

Entonces ahora cada que lea la edición 17 no estaré leyendo sino navegando y mañana que invite a mis alumnos a encontrarse con el libro les diré tienen que navegarlo en lugar de leerlo.


Y esto me hace ver hasta que punto Internet ha entrado en nuestras vidas, al punto de modificar los patrones de estudio, los textos pueden ser intercambiables o leerse al mismo tiempo.


Hace unos días leí comentarios en los blogs Moleskine Literario y en Puente Aéreo sobre lo que dijo Tom Wolfe acerca de la muerte de la novela como se concibe hasta hoy, y me puse a pensar en el cambio de paradigmas y en la evolución que han tenido las novelas, de como el Quijote cambió el concepto de las novelas de caballería, de como cada cierto tiempo una novela o un movimiento da un golpe de timón a la literatura, recientemente hay toda una discusión sobre la literatura latinoamericana y sus parricidios.


Me pongo a pensar si en el futuro estaremos frente a novelas que conjuguen dos estilos, como la última de JM Coetze Diario de un Mal Año que conjuga argumento y ensayo, o que venga con una versión impresa y otra electrónica, como un DVD adicional o un enlace a internet al que se ingrese por medio de una clave que viene en el libro impreso. Por ejemplo Elfriede Jelinek ha publicado su última novela en su blog y se llama Neid


O acaso las versiones electrónicas de libros en el Amazon Kindle, que tengan enlaces con capítulos enteros que el escritor desea mantener pero fueron limitadas en la edición. Las revistas médicas han optado por esta vía, la sección Web Extra, toda la información adicional que no cabe en la impresa.


Tal vez algún día volvamos a las novelas por entregas, esta vez por Internet y podamos volver a vivir lo que vivieron nuestros abuelos, porque la Historia se repite, esta vez a nivel virtual.

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