jueves, 26 de noviembre de 2009

La Caza del Carnero Salvaje




Fuente: Anagrama


Todo comenzó con una novela, La Caza del Carnero Salvaje de Haruki Murakami. Un hombre recién divorciado se deslumbra por las orejas perfectas de una modelo publicitaria, publica en su revista una foto envíada por un amigo, en ella hay un rebaño de ovejas, perdido entre ellas hay un carnero con cualidades especiales. la foto llama la atención de una corporación que decide encargar, mejor dicho conminar al publicista la búsqueda del carnero salvaje.




Una oreja, un cuerno de carnero, ambas son circunvoluciones. La oreja intenta formar espirales, el cuerno de carnero es una espiral logarítmica.


Traté de encontar una relación entre la atracción del publicista con el interés de una corporación por encontrar el carnero salvaje. Imaginé la relación en la geometría de las espirales, en la armonía de las formas, algo que los haría atractivos hasta la obsesión. Pero estaba leyendo Murakami, y él mueve los hilo de una manera peculiar. La novela, como todo viaje, conlleva un descubrimiento interior, esta vez surreal y sorpresivo que desentraña el misterio del ominoso encargo de ir tras un carnero con poderes especiales.


La búsqueda ocurre en la antesala del invierno y las nevadas, situación que coloca al protagonista en resolver la tarea como una obligación apurada. El frío y la soledad del campo acentúan sus percepciones y la aparición fantasmal del Hombre ´Carnero catalizan el desenlace final.


La caza del carnero salvaje es una fábula moderna sobre el poder y la ambición y además del sacrifico y el desapego para alcanzar una paz interior tan dificil en estos días.


Al terminar la novela seguí pensando en las espirales y ese continuo movimiento que nos hace pensar que todo permanece en su sitio, un engaño que nos deslumbra y nos atonta, que nos atrapa.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Yo No Sé Mañana


Estaba pensando cosas como el ritmo, el corazón, la música, la geometría del amor. Todo junto. Leo Rayuela y un libro sobre la armonía de los números. Entre los días soleados y las tardes frías. Prendido al you tube, recupero canciones. Pienso. Escucho



Yo no sé mañana, si estaremos juntos o se acaba el mundo.


Yo no sé mañana, yo no se mañana quien va a estar aqui.


Todo lo que ves es lo que soy, no me pidas mas de lo que doy...


Y como Luis Loayza escribía de la manía didáctica que tienen las mujeres cuando se molestan, puedo parafrasearlo agregando sobre la manía posesiva que tienen hacia los sentimientos a futuro.


Cuando el presente es lo único que tenemos.


jueves, 19 de noviembre de 2009

Gummas Cerebrales

Fuente: Dermanities



Cuando la Medicina y la Literatura se unen.

Ha ingresado un nuevo paciente a la sala de hospitalización. Su único problema clínico (algo que mis alumnos aún no entienden) es una lesión en la mano. El paciente está despierto y orientado pero dice no recordar nada de lo que pasó. Se presentó a la emergencia con la mano hinchada.

Y vaya si lo está. La palma y los cinco dedos configuran una sola ampolla. Tensa y amenazadora. A través de la epidermis se transparenta un líquido opalescente. No es pus. Las uñas están a punto de salir disparadas como flechas. Casi no hay dolor, ni aparece la fiebre.

En la emergencia pensaron en una infección de partes blandas y el dermatólogo de turno, una alergia (dermatitis atópica severa). Fiel a mi costumbre, no hago caso ni a uno ni a otro, solo a mis instintos, y elimino toda la medicación pre existente. A mi me parece una quemadura o incluso una mordedura de araña. El paciente no recuerda nada, pero menciona que vive de guardián en una playa de estacionamiento. Llamo a los cirujanos para mondar la gran ampolla.

Me cuenta al día siguiente el traumatólogo que la piel salió fácil al contacto con el agua, "se peló como piel de serpiente" me dijo. Sigo sin entender que ha pasado. Me quedo con la posibilidad de la quemadura y descarto a la araña. Asumo que el paciente al menos me está mintiendo o realmente tuvo una laguna mental. Un dato de las enfermeras se hace notorio, el paciente despertó en la madrugada con una conducta agresiva y extraña y no dejó dormir a los otros enfermos.

Es la visita matutina, converso con el paciente, que llamaremos Juan, y percibo escondidas detrás de sus palabras, delusiones, alucinaciones y extravíos. La memoria tiene cráteres y su capacidad de juicio está alterada. No me está mintiendo, está haciendo un cuadro de psicosis y demencia, no se dio cuenta de lo que pasó.

Pero tener 56 años es un poco tarde para estar esquizofrénico. por descarte me quedo con la sospecha de Psicosis Orgánica (daño cerebral que provoca síntomas psiquiátricos). Empiezo lo que llamamos diagnóstico diferencial:
  1. Como los tumores "hablan" a través de los signos neurológicos, al estar ausentes, descarto la posibilidad de una masa que comprima al cerebro.
  2. No luce intoxicado por una falta de depuración del hígado o el riñón, además que no muestra irritabilidad permanente, así que descarto la chance de un daño por un defecto en el metabolismo.
  3. Voy por las infecciones. Algo que haya caminado en el cerebro por años, haciendo un silencioso trabajo de hormiga aplastando neuronas y sinapsis. Me quedo con la Sífilis y el virus del SIDA. Pido las pruebas. Al día siguiente tengo los reportes. La sangre revela anticuerpos contra el Treponema pallidum (el agente de la Sífilis). El SIDA es negativo. Aún no canto victoria. Le pido a mis residentes repetir la prueba sifilitica esta vez en el líquido cefalorraquideo (LCR) , el fluido que baña y amortigua a la masa encefálica.

Bingo!. La prueba es positiva. Tiene neurosifilis, la enfermedad que abatió a Guy de Maupassant, Friedrich Nietzche, Baudelaire, Paul Gauguin, entre otros. Los treponemas tiene una especial predilección por darse un paseo por el cerebro desde que entran al cuerpo. Una persona puede tener sífilis primaria y dejarla pasar inadvertidamente. El Treponema tiene todo el tiempo para caminar por el vecindario: la piel, los genitales, el corazón, el cerebro. Luego de 20 o 30 años de reacción corporal (léase inflamación) provoca lesiones tisulares conocidas como gummas. En el cerebro las gummas pueden pasar inadvertidas hasta que un día "brotan" como convulsiones, alteraciones psiquiátricas o daño motor. Me pongo a pensar ¿quien se fija en los dependientes de una playa de estacionamiento?. Entras con el auto, lo cierras bien. Regresas, pagas y te vas. En los anónimos y solitarios las enfermedades se hacen más floridas: no hay nadie para detectarlas a tiempo.

Pero me ha quedado la duda de la mano. Eso no es Sífilis. Llamo a mi padre, quien es un experto en herramientas, químicos y circuitos eléctricos, amén de haberlos sufrido en accidentes. Le cuento el caso del cuidador de carros. Me descarta la soda cáustica y el ácido sulfúrico, son demasiado corrosivos me dice, la carne estaría destrozada Nos vamos por la vía de la quemadura. Pudo haber sacado gasolina de un tanque, me dijo, y como es un líquido muy volátil se encendió al entrar en contacto con el fuego de la cocina o un cigarrillo. O tal vez, prenderse la mano en una alucinación temporal, pensé mientras conversábamos. Es una quemadura entonces.
Resolví un caso. Inventé una historia.

Como la que inventó Girolamo Francastoro, médico y poeta, que escribió en 1530 Syphilis sive morbus gallicus, donde Syphilis es un pastor castigado por rebelarse ante el Dios Sol, con una enfermedad llena de erupciones dérmicas (pox o marca de viruelas) -que era como se presentó en la Europa de entonces, una época donde no se conocían los antibióticos. De ese modo, la infección por el Treponema pallidum (The Great Pox), que nació en el Nuevo Mundo y fue llevada por los españoles al Viejo Mundo, adquirió su nombre definitivo a partir de un poema.

Por eso ya no tengo dudas: la enfermedad es un argumento que los médicos debemos de descifrar y entender a través del proceso diagnóstico.
En la Foto: tratamiento en el siglo XVII en Amsterdam (con mercurio)

viernes, 6 de noviembre de 2009

¿eBooks y Amazon Kindle esta navidad?


Y también llegan los e-books y el Kindle. Si ingresan a la página de Amazon pueden encontrar que Perú es uno de los 100 países con acceso a lo privilegios de descargar un libro digital.



Al margen del entusiasmo que despierta un nuevo gadget (si no recuerden lo que ocurrió con el iPhone) uno va descubriendo cuales son las ventajas y limitaciones. En el caso del Kindle la ventaja tecnológica es innegable, el problema para nosotros es la limitación del idioma y la publicación de autores de interés, mas allá de la esfera estadounidense, ese mirarse el ombigo tan criticado por uno de los miembros de la Academia Sueca.


Y en mi caso particular, con los libros de medicina, a pesar de las obvias ventajas de tener decenas de volúmenes en el bolsillo del mandil, los títulos disponibles no son tan interesantes como parecen. Esto porque la revolución electrónica de los libros médicos empezó hace casi una década, con las ediciones interactivas en CD-ROM y luego las ediciones digitales disponibles para handhelds (Palm en cristiano). Tratándose de textos sobre ciencia, los gráficos, colores y animaciones a veces son más importantes que las palabras.


Como he leído en diarios y blogs, entre ellos Moleskine Literario, la irrupción del libro electrónico tiene que traer consigo una revolución tecnológica en el desarrollo de los editores literarios, no bastará que la edición digital sea una versión electrónica del hardcopy, debe de traer algo más (notas al margen, apéndices, índices, almacén de citas, etc), sobre todo para vencer la resistencia de los que amamos leer sobre papel, de tener un objeto que podamos cuidar en un estante junto a otros ejemplares.


Un gadget es un gadget, no podremos poner dentro de él, notas, recibos, cartas de amor o fotos, que vayan guardando parte de nuestra vida paralela a la lectura de un texto. Por ejemplo, hace poco, desempolvando mi viejo libro de Rayuela he recuperado una boleta de la universidad y un recetario con notas sobre como pensaba en esa época, una máquina del tiempo literaria.


Tal vez mis androides sueñen con ovejas virtuales y con un Amazon Kindle, yo aún con mis libros de papel y parte de mis recuerdos.

Se viene la Feria Ricardo Palma

Fuente: Carlincaturas
Pero en San Borja. Como dice uno de los carteles que vi fuera de un solar en Miraflores: Muchas Gracias Dr. Manuel Masias por semejante desastre cultural.

Por eso miro con escepticismo la creación de un Ministerio de Cultura ¿qué cosa podría hacer (o deshacer) un ministerio? ¿solo crear una parafernalia, burocracia y pomposidad innecesarias? Si tenemos alcaldes que prefieren el ruido de la calle de las pizzas a promover la lectura, poco podemos esperar.
En todo caso, solo espero que esta feria traiga novedades interesantes.