viernes, 8 de febrero de 2008

Maladies

Fuente: wikipedia
Maladie (enfermedad), es una palabra inglesa del siglo XIII que viene del francés antiguo, que a su vez deriva del latín, male habitus: en mala condición.


El cólera es una enfermedad que ha devastado la humanidad por centurias, se pensaba en la antiguedad que aparecía a causa de la presencia de un Miasma, que era un aire enrarecido o de mal olor.



Las casas coloniales bien dotadas tenían letrinas con pozas sépticas, pero las dos terceras partes de la población hacinada en barracas a la orilla de la ciénagas hacían sus necesidades al aire libre. Las heces se secaban al sol, se convertían en polvo, y eran respiradas por todos con regocijos de pascua en las frescas y venturosas brisas de diciembre...el mercado público...estaba asentado en su propio muladar, a merced de las veleidades del mar de leva, y era allí donde los eructos de la bahía devolvían a tierra la inmudicia de los albañales. también se arrojaban allí los desperdicios del matadero contiguo, cabezas destazadas, vísceras podridas , basuras de animales que se quedaban flotando a sol y sereno en un pantano de sangre.


Palabras más o palabras menos pueden configurar la descripción de algunas localidades del Perú, de hecho, es a través de esos lugares que la epidemia del colera del año 1992 se expadió tan rápido y afectando a tantas personas, por las condiciones no del miasma sino por la insalubridad en el manejo del agua, como lo demostró John Snow en una Londres arrasada por el Cólera en 1853.


Snow se dedicó a hacer un mapa de los casos de cólera en Londres y llegó a la conclusión que el origen de la enfermedad estaba en una cisterna de Broad Street, que se abastecía de una zona poluta del Támesis. En esa época la teoría del Miasma era dominante y Snow tuvo que luchar para que las compañías de abastecimiento de agua tomaran sus fuentes de las partes mas altas y limpias del río. Una anecdota, el retirar el grifo de la cisterna, fue reconocido por la población como la real causa del final de la epidemia.


Regresando a la teoría del Miasma, se pensaba además que los olores fuertes agradables como el Alcohol, hierbas aromáticas, el Alcanfor o el Humo, combatían las epidemias. Acaso por esta razón en la novela se considera que el olor de la pólvora era bueno para controlar la epidemia del Cólera.



Desde que se proclamó el bando del cólera, en el álcazar de la guarnición local se disparó un cañonazo cada cuarto de hora, de día y de noche, de acuerdo con la superstición cívica de que la pólvora purificaba el ambiente
.


En realidad eran el agua y los alimentos que estaban en mala condición, enfermos y contaminados con el Vibrio cholerae, una pequeña bacteria que fue descubierta por Robert Koch 25 años después de la muerte de John Snow.



En la Foto: el mapeo original de los casos de cólera en Londres

jueves, 7 de febrero de 2008

Sobre Médicos y Personajes



Los médicos tenemos las mismas fortalezas y debilidades que el resto de seres humanos. Sin embargo, la continua exposición con las enfermedades, y en algunas especialidades mas que otras, el enfrentar la transición a la muerte, nos ha rodeado de un halo casi mágico para el imaginario colectivo, el cual constantemente cambia con el tiempo.






No voy a hablar aqui de cómo nos percibimos, pues ingresaría a un territorio minado de egos superlativos e inutiles y en algunos casos hasta extravagantes, este es un asunto que arreglaré con la fauna medica en el futuro, ya que en algunos casos la realidad desborda la imaginación y las personas se convierten en personajes.






Los médicos pasamos de heroes a villanos en fracción de segundos si cometemos algun error en el ejercicio profesional y, tanto en la literatura como en la television o el cine, los médicos somos colocados en un lugar especial porque contamos con el poder de la informacion, una flama milenaria y secreta que asumimos nos es transmitida en la facultad de medicina.






Uno de esos casos es el Juvenal Urbino literario, médico como su padre, aunque a diferencia de él, impregnado con los últimos conocimientos de fines del siglo XIX, la Escuela Francesa y discipulo de Adrien Proust (1834-1903) , el padre de Marcel (novelista) y de Robert (médico)






Adrien Proust obtuvo el Doctorado en 1862 en Paris con la tesis: Pneumotórax espontaneo. En 1866 fue destacado a Persia para trabajar en la contención de la epidemia del cólera en Rusia. En 1889 es destacado para dirigir la Academia de Medicina, haciendose famoso por introducir los conceptos de higiene en el sistema sanitario frances. El Dr. Proust publicó ademas las siguientes obras.









    • De l'aphasie (1872)




    • Essai sur l'hygiène internationale, ses applications contre la peste, la fièvre jaune et le choléra asiatique (1873)




    • Traité d'hygiène publique et privée (1877)




    • Le choléra (1883)






Higiene es una palabra que deriva de Hygea (salud), una de las dos hijas de Asclepius, el dios de la Medicina, que a su vez es hijo de Apolo. Otra famosa hija de Asclepius es Panacea (curación). El concepto de higiene en salud pública es mas amplio que el término popular que puede leerse como estar limpio. La higiene consiste en el conjunto de estilos de vidad que nos lleva a tener una vida saludable, una de ellas es la limpieza, otra la dieta, el ejercicio y el evitar la exposición a agentes nocivos como el tabaco, el alcohol en exceso, el humo o los metales pesados, entre otras noxas.






Volviendo a nuestro personaje, es delineado por Gabo como un médico educado con los conceptos médicos influídos por la razón mas que por las creencias. Juvenal sufre el desencanto inicial a su regreso a Cartagena, un pueblo sumido en la pestilencia y el desorden, agobiado por la epidemia del cólera, mal que acabó con su padre, que sucumbió, entre otras cosas por no actualizarse en la ciencia.




Trató de imponer criterios novedosos en el Hospital de la Misericordia, pero no le fue tan fácil como le había parecido en sus entusiasmos jueviles, pues la rancia casa de salud se empecinaba en supersticiones atávicas, como la de poner las patas de las camas en potes de agua para impedir que se subieran las enfermedades, o la de exigir ropa de etiqueta y guantes de gamuza en la sala de cirugía , porque se daba por sentado que la elegancia era una condición general de la asepsia.




Citando a Charcot y Trousseau, célebres neurólogo e internista de la época, como si fuesen sus compañeros de cuarto e implementando novedades tecnológicas para la época, como probar la orina para descubrir en su dulzura la presencia de Diabetes mellitus (del griego: excesiva orina dulce), JUvenal Urbino se ganó el recelo y burla de sus colegas colombianos.




Trousseau, fue el que describió el espasmo de la mano como un signo de hipocalcemia. Pero fue mas famoso por la descripción de la tromboflebitis migratoria asociada a cáncer de páncreas, colon o gástrico, ya que se autodiagnosticó de cáncer de páncreas a través del signo que descubrió.




Charcot, profesor de Freud entre otros médicos notables, fue un experto en desórdenes neuronales como la Esclerosis Lateral Amiotrófica, la degeneración articular asociada a daño neuronal e diabéticos, así como otras enfermedades neurológicas como la hemorragia cerebral. Pero su pasión fue el estudio de la Histeria. de la que pesó era una enfermedad neurológica hereditaria disparada por un evento traumático que la hacía irreversible.




Con profesores así la sutil pedantería viene como un daño colateral.
En la Foto: El Dr. Adrien Proust con su hijo Robert

viernes, 1 de febrero de 2008

El Amor en los Tiempos del Cólera


Esta semana ocurrieron dos hechos relacionados a la novela, El Amor en los Tiempos del Cólera. Fuí a ver la pelicula de Mike Newell basada en el texto literario y leí un comentario de Alonso Cueto, Leer Mirando, publicado en el suplemento cultural de la Tercera. Acaso el mas relevante para mi haya sido el segundo de ellos.



En el artículo, Alonso dice que la película es el ejemplo de como se puede destruir una novela siendo fiel al original.




La unica manera de hacer una gran adaptacion literaria es no siendo literal. Un director está obligado a seleccionar, transformar, potenciar episodios de una novela, aquellos en lo que encuentre su corazón.

Tiene toda la razón. Si por un lado me la pasé reconociendo escenas de la novela, incluyendo una que pensé que no lo haría como el episodio del adulterio de Juvenal Urbino, aquel que requiere de un largo periodo de intriga, pero que en el film se resuelve de un solo tiro, las escenas aparecen como un collage de situaciones y no se puede apreciar la transformación psicológica de los personajes, es decir la anagnórisis.


La película es una larga secuencia de imágenes de la novela, que siguen el texto linealmente y que para colmo, como espectadores latinos, incomoda escucharlos en inglés.


Sin embargo, a pesar de la adaptación de época, los actores no convencen del todo, el padre de Fermina Daza, que me parece haberlo visto como gangster en Miami Vice, o la guapa Giovanna Mezzogiorno, poco creíble en su rol de Fermina envejecida, o Angie Cepeda como la viuda alegre que recuerda a su marido sobre todo durante sus orgasmos.


Un papel aparte es Javier Bardem, creíble en su papel de Florentino Ariza joven y en el proceso de envejecimiento.


Pero quien me decepciona de cabo a rabo es Benjamin Bratt como Juvenal Urbino, no importa si tiene ancestros peruanos como para capturar el sentir latino. No encaja en el personaje y tira para abajo la imagen literaria del médico obsesionado en la lucha contra el cólera. Mas que una sutil pedantería, Brat exuda burla y cinismo por el entorno.


Las novelas tiene muchas connotaciones, que en este caso, no fueron aprovechadas por un director que al parecer no sintió el texto, solo se limitó a copiarlo.


Ese fue su principal error, no ser un buen lector. Esperaré entonces a ver Expiación y No es País para Viejos, originales de Ian McEwan y Cormac McCarthy respectivamente.