sábado, 26 de octubre de 2013

Pequeñas Meditaciones Metafísicas: Formas Infinitas



Entre dos mundos, la vida está suspendida como
una estrella,
entre la noche y la aurora, al borde del horizonte.
¡Qué poco sabemos de lo que somos! ¡Y cuanto menos de lo que seremos! El eterno oleaje
del tiempo y del devenir se mueve y se lleva lejos
nuestras burbujas: las viejas estallan, y las nuevas emergen,
rompiéndose contra la espuma de las edades, mientras
los sepulcros de los Imperios suben y bajan como las olas pasajeras."

Lord Byron (Gran Bretaña,1788-1824)

Un artículo reciente en la revista Nature informa sobre la producción de gasolina a partir de bacterias. Científicos coreanos manipularon el genoma de la bacteria E. coli  insertando genes de otras bacterias para alterar el metabolismo de sus ácidos grasos y obtener como producto final una serie de hidrocarburos, entre ellos 580 mg de gasolina por cada litro de cultivo.

Actualmente la manipulación genética se usa para la producción de vacunas, hormonas y alimentos modificados. Me pregunto si acaso el futuro nos depara la creación de gigantescas granjas bacterianas, provistas de paneles solares y mini reactores de fisión nuclear para generar la energía necesaria a un planeta hambriento y recalentado.

La lista de escritores que predijeron una forma de futuro es larga: H. G. Wells, Aldous Huxley, George Orwell, Jules Verne, Ray Bradbury, Arthur Clarke e Isaac Asimov, por citar a los más conocidos.

Por otro lado, los físicos teóricos imaginan tanto la forma del cosmos como de las partículas elementales. Un juego de leyes y fórmulas que se mueve dentro del caos de una mente. De este modo Stephen Hawking ha explicado la naturaleza de los agujeros negros,  la expansión del universo y la curvatura del tiempo. Pero sus teorías aún no han sido demostradas, la razón fundamental por la que hasta ahora no ha recibido el Nobel. Una mezcla de física teórica, matemáticas y filosofía. Pero una demostración pendiente no invalida la teoría solo pospone su aceptación. Miren entonces cuántos años tuvieron que pasar para que el Bosón que imaginó Higgs fuera demostrado mediante el uso de un gigantesco acelerador de partículas. Imaginado en 1964 y demostrado por primera vez en marzo del 2013.

Vivimos entre los márgenes de nuestra propia y limitada percepción. Solo vemos un reducido espectro de ondas de luz y percibimos una estrecha banda de ondas sonoras. Nuestras terminales nerviosas recogen sensaciones táctiles, olfatorias o gustativas también dentro de un rango. Más allá de los márgenes de confianza de nuestros sentidos existe una realidad intangible que no podemos percibir pero que es cotidiana para otros seres vivos.

Entonces es bueno reflexionar que el ser humano no es el súmmum de la creación pues hay otros seres vivos con mayores ventajas para sobrevivir donde nosotros no podemos hacerlo.

Nos hemos aproximado más allá de los límites de nuestras percepciones gracias a dispositivos que permiten escudriñar allende las estrellas y a una profundidad tal que conocemos las superficies virales. Las ondas de radio o un haz de fotones son capaces de diagramarnos un universo sideral o infinitesimal para los cuales somos ciegos.

Todo lo demás es un constructo teórico hecho diagramas o fórmulas.

Mientras tanto, continuamos desafiando las leyes naturales y en nuestra soberbia como especie intentamos romper un orden ancestral. Es obvio, que hemos superado límites insospechados y que todo lo aprendido nos ha servido para vivir mejor pero quebrar el orden nos ha generado un costo que debemos de pagar tarde o temprano. Me pregunto si como especie somos conscientes de ello y si nos preparamos para atenuar los coletazos de un universo profanado. Una nueva epidemia, un nuevo cataclismo natural son señales de alarma que no podemos o no queremos ver.

La naturaleza se mueve por leyes rígidas que se cumplen desde el inicio de los tiempos. Pero acaso podemos responder cuándo el inicio y cuándo el final. Acaso no estaremos envueltos en un círculo infinito que recorremos una y otra vez sin darnos cuenta. Un mundo que somos incapaces de percibir y siquiera imaginar. Mientras que aquí en esta vida efímera seguimos tropezando con las propias bajezas del ser humano.

jueves, 24 de octubre de 2013

Puerto de Ideas, modelo a seguir




Compararnos con otros siempre nos da una idea de cómo avanzamos. Por coincidencia mañana se inauguran la Feria Ricardo  Palma en Lima y la Feria Internacional del Libro de Santiago de Chile (FILSA). Como la magnitud de ambas es completamente distinta, nos tenemos que remitir a la pasada FIL de Lima y establecer un paralelo.

Por lo pronto los organizadores de la FILSA prometen entradas a menor precio de lunes a miércoles y la posibilidad de recuperar el precio de la entrada si se compra un libro en los stands afiliados. Entre los invitados destacan Ricardo Piglia, Juan Villoro, como los pesos pesados,  Daniel Krauze, Lelia Guerrero, John Lee Anderson, Edmundo Paz Soldán, Francisco Goldman. D Se ha establecido además un programa de estímulo a la lectura en seis comunas (distritos) de Santiago, a través de la lectura en voz alta de cuentos y poemas.

Pero más que la comparación con la FILSA, quien el año pasado tuvo como invitado a Jonathan Franzen, es un evento de magnitud local, se llama Puerto de Ideas, Festival de Valparaíso que será del 8 al 10 de Noviembre. Durante tres días en diversos locales del puerto de Valparaíso, se realizarán una serie de talleres, conferencias y mesas redondas. De este modo, el Teatro Municipal, la Biblioteca Severin, el Museo Marítimo, el edificio de la DuoUC y otros locales se convertirán en un circuito no solo cultural sino científico, los temas a tratar van de la narrativa y poesía al comic, el cine y el psicoanálisis, una mesa redonda enfocará sobre los métodos y hallazgos en Ciencias.

La lista de invitados genera una sana envidia y las ganas de comprar un boleto de avión. Están programados Philippe Claudel (Almas grises), Paolo Giordano (La soledad de los números primos), Ron Britton (psiquiatra y psicoanalista), Juan Villoro (reconocido ensayista mexicano, Francois Hartog (historiador francés). Estuvo en la programación también Michel Houellebecq pero tuvo que cancelar por someterse a una cirugía.

Un encuentro de ideas y un paseo por las ciencias y humanidades en una ciudad que explota positivamente el ser patrimonio histórico mundial. Sorprende además el patrocinio del Consejo Nacional de Ciencias y Artes, El Mercurio, agencias de cooperación como Aecid, British Council, Institut Francais, Instituto Italiano de Cultura, Gobierno de Argentina, Universidades como la Diego Portales, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, DuoUC, Universidad de Valparaíso. Así como Televisión Nacional de Chile, El Mercurio (de Santiago y el de Valparaíso), Minera La Escondida y el Instituto de Felicidad Coca Cola.

Resalto a los patrocinadores, que tienen un beneficio por las donaciones culturales, por la demostración que nuestros vecinos tienen un compromiso social de hecho con el fomento por las artes y ciencias. Aquí lo único que hizo Coca Cola de modo visible por la “felicidad” fue proponer que sonriamos en las fotos del carnet de identidad y el resto de compañías apoya con entusiasmo festivales de comida pero le huye a los temas culturales.

Puerto de Ideas, que va por su tercera edición,  es un buen ejemplo de cómo se puede organizar un evento cultural en nuestro país, planificado con tiempo para lograr los recursos y conseguir una importante delegación de invitados extranjeros.

Puede que al principio las cosas no salgan como se esperan, la idea es comenzar con metas reales. Lo importante será la perseverancia en el tiempo hasta generar una tradición cultural sostenible y de prestigio.. Nuestros amigos los cineastas lo han demostrado ya con el Festival de Cine de Lima.


martes, 22 de octubre de 2013

Física para Escritores

 
Fuente: Scientific American
La noche oscura, cerrada y espolvoreada de estrellas, la sucesión infinita del día, la noche y las estaciones. Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos ven pasar su entorno. La contemplación ordenada de la naturaleza y su comprensión derivaron el nombre de Física, dado por Aristóteles. Luego, en la Roma del siglo I A.C., en la Naturaleza de las Cosas Lucrecio hace de la Física un poema de los átomos, los fenómenos atmosféricos y el mundo conocido entonces, un universo librado al azar, fuera del designio de los dioses.

A través de los siglos, los científicos cambiaron radicalmente el concepto del Cosmos. Galileo determinó que el Sol, y no la Tierra, es el centro del universo pero casi muere condenado por la Iglesia Católica. Isaac Newton en Trinity College (1704) desarrolló la teoría de la Gravedad y las Leyes de la Mecánica Clásica. John Dalton (1803) demuestra indirectamente la existencia de los átomos. Albert Einstein completó en 1905 aquellas zonas oscuras de la teoría newtoniana que no alcanzaron a explicar el comportamiento del Universo y demostró la Relatividad del Tiempo y el Espacio (E=mc2). Sucesivamente, Max Planck, Niels Bohr y Louis de Broglie avanzaron sobre la teoría de Demócrito (Siglo V A.C.), quien planteó la existencia de los átomos como unidades indivisibles de la materia, ellos y una serie de científicos se introducen dentro de los resquicios de las partículas sub atómicas, en su naturaleza y función: protones, neutrones y electrones. Nace la física cuántica. Los científicos se envuelven cada vez más en complejas fórmulas matemáticas para explicar el universo.

Sin embargo, años más tarde se descubren otras partículas más pequeñas denominadas quarks y leptones como la base de la estructura de neutrones y protones. Los electrones a su vez son considerados partículas sin masa y parte de la luz. Una pregunta permanece abierta: ¿cómo las partículas adquieren masa?

Ya en el año 1964, los físicos Robert Brout y François Englert publicaron en Physical Review Letters fórmulas que explicaban la generación de la masa en las partículas sub atómicas. Un mes después Peter Higgs publica una teoría similar. Dada la época y las características de las publicaciones científicas es muy probable que ambas ideas fueran concebidas en forma independiente una de otra. Gerald Guralnik, Carl Hagen y Thomas Kibble  desarrollaron una teoría similar pero un tiempo después. De acuerdo a estas teorías las partículas elementales se movían entre dos campos, el electromagnético donde viajaban los fotones y otro campo que generaba masa (una transformada de la energía) y que estaría compuesto por partículas infinitesimales que se les denominó Bosones.

Sin embargo, una explicación teórica y matemáticamente coherente necesitaba una demostración objetiva. Desde entonces los equipos científicos se embarcaron en la búsqueda de aquellos bosones, también llamadas Partículas de Dios. El camino fue tortuoso.

Casi 40 años después, el equipo del CERN en Europa logra la construcción de un gigantesco acelerador de partículas con la finalidad de que choquen entre sí. La colisión rompería las partículas, liberaría energía y daría evidencia de las sub partículas. Los principales problemas que enfrentaron fue que los bosones son muy inestables y duran un tiempo muy corto para ser percibido. Dura 10-23 segundos, es decir 0.0… (23 ceros seguidos) de segundo. Fue difícil pero se logró. El CERN ejecutó los experimentos, aceleraciones, colisiones y medidas que dieron con las partículas de Dios, los bosones de Higgs.

Los bosones de Higgs se encuentran en un campo de energía, también llamado campo de Higgs. Este campo no tiene una dirección determinada y es omnipresente, modelando el espacio y las partículas alrededor (así como en la teoría electromagnética un imán alinea los fragmentos de hierro). Las partículas que interactúan con este campo ganan masa. Para entender ello se ilustran los siguientes ejemplos: imagine un ave volando o a usted caminando por un terreno liso, se sentirá más ligero y al ave aun más por el aire (un símil con los electrones que van lejos del campo de Higgs). Pero si camina en un campo de nieve o por terreno fangoso, se sentirá más pesado, es decir ganará masa. Otro ejemplo es una persona que atraviesa una muchedumbre, si se coloca a la periferia avanzará ligero pero si es muy conocido, la gente (en este caso el campo de Higgs) se le aglutinará y se hará más pesado. Esto explica la formación de masa a partir de la energía.

Explosión tras explosión aparecieron dos fotones producto de la degradación del bosón de Higgs, tal como se había previsto en las fórmulas. Y este drama científico llegaba a un final feliz. La Academia Sueca premia una vida dedicada a demostrar una teoría que vuelve a cambiar los cimientos de la ciencia y asimismo hace una mención especial al equipo del CERN que trabaja en el Large Hadron Collider (LHC). Ya que solo se recibe el Nobel en vida el premio es compartido por Higgs y Englert.
Hace 40 años Higgs, Englert, Brout pudieron ser tomados como genios o locos, solo la perseverancia y solidez de su teoría convencieron a otros científicos a embarcarse en esta aventura cuántica, empujando el desarrollo de la Física a descubrir y darle magnitudes objetivas a algo tan etéreo como el pensamiento humano.

En la foto: Diagramas de las partículas y sub partículas

martes, 15 de octubre de 2013

Fisiología para Escritores



Fuente: Science Blogs
 
En la figura: esquema del espacio intracelular mostrando el núcleo, el aparato de Golgi y la liberción de vesículas

Una célula también puede verse como una fábrica. Las hay simples como las Procariontes-bacterias-  que derivan sus productos directamente en el citoplasma y otras con mayor complejidad y organización como las Eucariontes –que van desde hongos hasta mamíferos- que diferencian sus funciones por compartimientos internos llamados organelas, unas burbujas ancladas en el citoplasma y que están cubiertas por la misma membrana celular externa. La microscopía electrónica ha servido de mucho para observar directamente esta organización intracelular. Una célula es la unidad funcional y anatómica de cada ser viviente.

En los organismos multicelulares y por  ende en los más evolucionados, las células se agrupan en tejidos y variados tejidos forman un órgano. Los órganos se especializan en funciones específicas que determinan un sistema corporal. El cuerpo humano es el conjunto de sistemas que mantienen un equilibrio y una armonía. Las células son aquellas fábricas de proteínas, genes y productos metabólicos que hacen posible la homeostasis, es decir el equilibrio funcional de todo el cuerpo.

Como todas las estructuras descritas anteriormente no tienen lenguaje ni los sentidos de la vista y audición, se comunican entre sí de diversas maneras: por contacto directo entre las moléculas de cada membrana celular o por envío de señales químicas.

Una señal química puede ser un átomo o un complejo molecular. Átomos como el Calcio, el Sodio o el Potasio, que en el caso del transporte de productos celulares funcionan como  las monedas en las máquinas dispensadoras: el átomo se introduce por una estructura llamada receptor de membrana celular y al hacer contacto como una llave a la cerradura provoca la apertura de un canal que a su vez trabaja como compuerta para el ingreso o salida de moléculas específicas. La célula se comporta como un submarino con diversas compuertas que se abren o cierran para permitir el pasaje de moléculas según sus necesidades. En otros casos un complejo molecular actúa como una llave sobre un enclave de la membrana celular conocido como receptor y permite la apertura de diversos canales o activa un mecanismo interno en cadena que termina en la liberación de sustancias al exterior de la célula.

De este modo, las células que componen los tejidos intercambian constantemente señales que circulan en un tráfico incesante. Dentro de la célula hay un complejo pero ordenado sistema de canales internos que transporta productos del metabolismo interno de una célula hacia los grandes ríos corporales como son las arterias –este es el caso de todas las hormonas- o exporta moléculas para que activen una respuesta en la célula vecina –esta es la base de la transmisión de impulsos nerviosos que nos permiten mover las extremidades, conversar, cambiar nuestros estados de ánimo o modificar el funcionamiento de determinado órgano. Estos canales internos son el aparato de Golgi (llamado así por su descubridor, premio Nobel en 1906) y una red de microtúbulos que actúan como carriles por donde se desplazan las vesículas (pequeñas bolsas cubiertas de membrana celular, que son como gotas transportadoras de productos celulares o material de desecho). Por ejemplo las proteínas son producidas por los ribosomas del retículo endoplasmático –una red de vesículas- y luego son transportadas en vesículas unitarias dentro o fuera de la célula. Lo que la ciencia estaba por determinar era qué disparaba la producción de la fábrica, qué se producía y en qué momento.

Esto fue logrado por trabajos concurrentes de James E. Rothman (Yale University), Randy W. Schekman (University of California at Berkeley) y Thomas C. Südhof (Stanford University), quienes ganan el Nobel en Medicina 2013 por sus descubrimientos sobre la maquinaria intracelular que regula el tráfico de vesículas.

Schekman descubrió que existen genes que codifican a proteínas responsables en la formación y movilidad de las vesículas dentro de la célula que terminan en la fusión de la misma con la membrana externa permitiendo la salida de productos celulares al exterior. Su trabajo fue demostrado en levaduras lo que explicaría que este sistema se presenta en seres menos evolucionados.

Rothman trabaja con levaduras, células animales y células nerviosas, en su largo camino de investigación descubre que existen proteínas específicas para cada vesícula y cada punto de membrana, ambas proteínas al reconocerse por contacto se engarzan y permiten la fusión de ambas membranas con la consiguiente salida de productos celulares en el lugar y en el tiempo correctos.

Südhof trabajó con neuronas y encontró concordancia con los descubrimientos anteriores pero fue más allá, estableció el rol de los átomos de Calcio como detonantes de la liberación de vesículas cargadas con neurotransmisores y establecimiento de la comunicación neuronal. La presencia de calcio en el espacio extracelular dispara señales en el interior activando las proteínas que regulan el transporte interno de vesículas cargadas de materiales y permiten su viaje hacia la membrana celular, fusionarse ambas y liberar el cargamento en el exterior.

En este preciso instante usted que lee este artículo está activando los iones de Calcio y promoviendo la salida de neurotransmisores de una neurona a otra para tener una opinión sobre este mensaje.

Tales descubrimientos permiten determinar el origen de varias enfermedades donde las vesículas no liberan su carga a tiempo o simplemente no la liberan o por qué algunas toxinas de gérmenes como los que provocan el Botulismo o el Tétanos provocan mortales disturbios neurológicos.

Asimismo, nos explican una vez más la simultánea simpleza y complejidad de las funciones de los sistemas vivientes, desde levaduras a humanos, que muestra la línea de continuidad evolutiva en la vida de nuestro planeta.

Foto: Connexions.org
Esquema de la transmisión neuronal con iones de calcio y liberación de neurotransmisores

lunes, 14 de octubre de 2013

Química para Escritores


Fuente: Genome News
 
Ningún ser humano hasta ahora ha sido capaz de ver una molécula o el salto de los electrones. Todo lo que sabíamos acerca de reacciones químicas o de moléculas son elucubraciones teóricas inferidas a partir de métodos de medición muy indirectos. Esa fue una de mis decepciones temporales cuando estudiaba ciencias en la universidad, las moléculas eran figuras geométricas del libro de consulta. En la vida real, por ejemplo, una molécula de glucosa se convertía en un ideal platónico y a lo sumo un cambio en la luminosidad del tubo de prueba que no era detectado por nuestros ojos sino por el espectrofotómetro.

Aquellos dibujos de los libros de biología o de química eran recreaciones que intentaban explicar una realidad que no podíamos ver. Por esa razón, el aproximarnos a “ver” las moléculas, entender su conformación espacial (tridimensional) es un triunfo para el entendimiento de las reacciones que llamamos vida.

Ahora es posible tener esa aproximación gracias al trabajo de Martin Karplus (Harvard University y la  Université de Strasbourg en Francia), Michael Levitt (Stanford University School of Medicine) y Arieh Warshel (University of Southern California) quienes obtuvieron el Nobel de Química 2013 por hacernos 'ver' aquellas reacciones a través de un modelo computacional.  Desde finales de los años 60, estos tres científicos se movieron en las grandes ligas universitarias trabajando con tremendos armatostes como la IBM FORTRAN II, que ocupaban un cuarto completo, para entender la estructura de los elementos y la naturaleza de las reacciones químicas simples, aquellas que se aprenden desde el colegio. Pero en los últimos 40 años la computación avanzó enormemente.

A otro nivel, se juntaron la biología y la química para crear la bioquímica, el área de la estructura y función de los componentes de los seres vivos: proteínas, grasas y carbohidratos Las reacciones de tales moléculas son promovidas por unas proteínas especiales llamadas Enzimas y la reacción se llama Catalizar. De este modo decimos: una enzima cataliza una reacción, que puede ser la formación de nuevos genes, de hormonas o de simplemente componentes estructurales de los tejidos o materiales de desecho. Ahora sabemos que una enzima es una proteína con una conformación tridimensional parecida a un arbusto, con un sitio particular que realiza la catalización, y para trabajar debe cambiar de conformación espacial.

Las reacciones bioquímicas por décadas se limitaban a complejas fórmulas matemáticas,  curvas trazadas por una máquina detectora sobre el papel y mucho de disquisición teórica.

Nuestro cuerpo a nivel molecular, es una serie de explosiones de energía que se transfieren de una molécula a otra. Esto permite a los seres vivos a ejecutar todas sus funciones, desde las más arcaicas, como comer y reproducirse, hasta las más complejas, como el pensamiento y el lenguaje. Todos en el planeta somos la suma y la resta acumuladas de nuestras reacciones químicas.

Los ganadores del Nobel 2013 lograron desarrollar un modelo computacional que permite "ver" la estructura tridimensional de las enzimas y cómo reaccionarían 'en vivo'. Para ello juntaron los modelos teóricos con modernas técnicas que escudriñan de manera indirecta las reacciones químicas, como la espectrometría con rayos X o la resonancia magnética, que emiten señales digitales. Toda esta información entonces es transferida a un lenguaje computacional que crea un modelo de animación tridimensional, permitiendo  apreciar la estructura y conformación de diversas reacciones moleculares  y en el caso de las enzimas, determinar cuál es su sitio activo y como se producen las reacciones químicas en su interior.

Una extraordinaria combinación de las leyes de la mecánica clásica con las de la física cuántica (sí, aquella que tortura a muchos estudiantes de física).

Actualmente, gracias a este modelo, algunas compañías farmacéuticas ya han desarrollado medicamentos “por diseño”, es decir creando moléculas teóricas que desactivan el núcleo catalítico de algunas enzimas de gérmenes patógenos o de otras moléculas que modifican la función de ciertas proteínas propias cuya alteración es la causa de algunas enfermedades.

Asimismo, otros científicos usan estos modelos para descifrar los secretos de la fotosíntesis, la estupenda  reacción por la cual las plantas obtienen energía a partir de la luz solar y que fue acaso una de las reacciones determinantes para llegar a la vida tal como la conocemos: Luz + H20 + CO2 = energía vital.

Mientras tanto, ya sabemos ahora que las reacciones moleculares no son solo ininteligibles fórmulas y dibujos en la pizarra como en The Bing Bang Theory sino que tenemos la capacidad de verlas casi “en vivo”.

En la Foto: Estructura tridimensional de las enzimas Hexaminidasa y Neuraminidasa pertencientes al agresivo virus de la Inlfluenza

jueves, 10 de octubre de 2013

Nobel 2013 Alice Munro


La Academia Sueca ha dado como ganadora del Nobel en Literatura 2013 a la escritora Alice Munro, nacida el 10 de Julio de 1931 en Wingham, Canadá. Estudió parcialmente Periodismo e Inglés en la Universidad de Western Ontario pero dejó los estudios al casarse. 

Sus cuentos se agrupan en las siguientes obras: Who Do You Think You Are? (1978), The Moons of Jupiter (1982), Runaway (2004), The View from Castle Rock (2006) and Too Much Happiness (2009). Hateship, Friendship, Courtship, Loveship, Marriage (2001).

Algo de la presente información esta tomada de la nota de prensa de la Academia, minutos atras:

Algunos críticos la consideran la Chejov canadiense. Sus relatos muestran la vida en ambientes de pequenas ciudades, donde la lucha por una existencia social aceptable con frecuencia deviene en relaciones tirantes y conflictos morales. Sus cuentos reflejan eventos cotidianos pero decisivos con epifanias que iluminan como un relmpago las cuestiones existenciales de la vida. 

Selma Lagerlof fue la primera mujer ganadora del Nobel en 1909 y Alice es la ganadora 13 en este 2013. No se si los académicos suecos juegan a los numeros pero la coincidencia les salió barbara. 

Pueden encontrar los libros de Alice Munro en las librerías locales, tanto en la editorial Lumen como en DeBolsillo. Es una buena oportunidad para retomar la lectura de cuentos.

Congratulations Alice!....

martes, 8 de octubre de 2013

Murakami 15 de Octubre



Tusquets anuncia para el 15 de Octubre el lanzamiento de la versión en español de la nueva novela de Haruki Murakami: Los años de peregrinación del chico sin color. La carátula luce impresionante además. No se sabe si será una feliz coincidencia en momentos en que Murakami sigue encabezando las encuestas en la carrera al Nobel en Literatura 2013. Pero con la Academia nunca se sabe.

Aqui los primeros párrafos de la novela, acerca de un hombre que se pregunta en que momento lo dejaron sus amigos:

Desde el mes de julio del segundo curso de carrera hasta enero del año siguiente, Tsukuru Tazaki vivió pensando en morir. Entretanto, cumplió veinte años, pero esa muesca en el tiempo no significó nada para él. Durante esos meses, la idea de acabar con su vida le parecía de lo más natural y legítima. Todavía ahora, mucho tiempo después, ignoraba la razón por la que no había dado ese último paso, a pesar de que, en aquel entonces, franquear el umbral que separaba la vida de la muerte le habría resultado más fácil que tragarse un huevo crudo.
Si Tsukuru no llegó a consumar el suicidio fue quizá por- que su fijación con la muerte era tan pura e intensa que el modo en que podría suicidarse no se asociaba en su mente a una imagen concreta. En su caso, la concreción era más bien un aspecto secundario. De haber tenido a su alcance una puerta que condujese a la muerte, la habría abierto sin titubear, sin pensárselo dos veces, como una prolongación de su día a día, por así decirlo. Pero, por fortuna o por desgracia, no encontró a mano esa puerta.
Ahora, Tsukuru Tazaki se decía a menudo que tal vez hubiera sido mejor haber muerto entonces. Así, este mundo habría dejado de existir. La idea le seducía: este mundo no existiría y lo que él tenía por realidad ya no sería real. Del mismo modo que para este mundo él ya no existiría, el mundo tam- poco existiría para él.
Y sin embargo, al mismo tiempo, no comprendía por qué, en aquella época, había estado tan cerca de la muerte. Y aun- que hubiera habido una razón concreta, ¿cómo era posible que ese anhelo por morir hubiese adquirido tanta fuerza como para adueñarse de él y engullirlo? Engullirlo, sí, ésa era la palabra. Al igual que el personaje bíblico que sobrevivió en el vientre de una ballena gigante, Tsukuru cayó en las entrañas de la muer- te y pasó aquellos días interminables en una oscura y turbia cavidad.
Durante meses vivió como un sonámbulo, como un cadáver que todavía no se ha percatado de que está muerto. Cuan- do el sol se levantaba, abría los ojos, se cepillaba los dientes, se vestía con lo primero que encontraba, subía al tren, iba a la universidad y tomaba apuntes en clase. Simplemente se movía en función del horario que tuviera que cumplir, como quien se agarra a una farola ante la acometida de un vendaval. No hablaba con nadie salvo que fuera necesario y, una vez de vuel- ta en su apartamento, apoyado contra la pared de su dormito- rio, reflexionaba sobre la muerte, sobre lo que significaba no estar vivo. Entonces ante él abría sus fauces un abismo som- brío que comunicaba directamente con el corazón del infierno. Allí, en lo más hondo, se divisaba un vacío que giraba en espiral, convertido en nube sólida, y se oía un profundo si- lencio que oprimía los tímpanos.
Cuando no pensaba en la muerte, no pensaba absolutamen- te en nada. Eso no le resultaba complicado. No leía la prensa, no escuchaba música, ni siquiera tenía apetito sexual. Lo que ocurriera en el mundo no le importaba lo más mínimo. Si se cansaba de estar encerrado en su apartamento, salía y paseaba sin rumbo fijo por el barrio. O iba hasta la estación y, senta- do en un banco, pasaba horas contemplando el ir y venir de los trenes.
Todas las mañanas se duchaba y se lavaba cuidadosamente el pelo, y dos veces por semana hacía la colada. La limpieza era uno de los pilares a los que se aferraba. Colada, baño y cepillado de dientes. En cambio, no se preocupaba demasiado por la alimentación. A mediodía almorzaba en el comedor de la universidad, pero, por lo demás, descuidaba su alimentación. Cuando le entraba hambre, compraba manzanas o alguna hortaliza en el supermercado del barrio y las mordisqueaba. Otras veces comía pan de molde a palo seco y bebía leche directamente del envase de cartón. Al llegar la hora de dormir, se tomaba una copita de whisky, igual que si fuera un medicamento. Como, afortunadamente, tenía poco aguante, esos dedos de whisky bastaban para que en poco tiempo lo invadiera el sopor. En aquella época nunca soñaba. Y si lo hacía, los sueños, no bien asomaban, resbalaban por la pendien- te escurridiza de su mente, sin nada a lo que sujetarse, hasta una zona completamente vacía.