La película Contagion de Steven Sodenberg es un ejemplo para aprender de los errores en narrar una historia. Fui a ver la película a pesar de mis reparos por la mayoría de los blockbustes de Hollywood, que me hace entre otras cosas negarme a ver por ejemplo Avatar o Transformers.
La verdad es que Contagion confirmó mis temores y resultó para mí una decepción. La película funciona por parches y tiene un persistente y quisquilloso afán didáctico. Al ser una obra poblada de personajes encarnados por actores famosos, sus actuaciones se pierden dentro de la gran trama coral y lo peor es que existen algunos, como el caso de Elliot Gould con su irreverencia frente a los protocolos que descubre el medio de cultivo viral o el de Marion Cotillard con su Sindrome de Estocolmo, que aparecen para dejar una lección y luego desaparecen sin una adecuada resolución narrativa. A cada momento existe un giro en la acción propio de un deux et machina.
Steven Sodenbergh y su guionista han trabajado sobre una plantilla bien elaborada desde el punto de vista científico. Éste es un microbio (el llamado MEV 1) que pertenece a los Paramyxovirus (de donde salen los virus del Sarampión, Paperas y Parainfluenza, así como el de la Distemper canina), originario de los murciélagos (como el virus Nipah), que se recombina dentro de los cerdos, como lo hacen las cepas aviares y humanas en el caso real del virus de la Influenza en el sur del continente asiático. El argumento parte de la premisa bien conocida entre los científicos, que muchos de los virus dan un salto cualitativo entre diversas especies para mantener su propia supervivencia y provocan serias epidemias o epizootias, como lo fue el SARS de quien copian la historia y patogénesis. A lo largo de toda la película, las imágenes nos van sembrando de pistas para que no nos queden dudas acerca de la verosimilitud de ya sea el trabajo de laboratorio o del trabajo de campo. Por ejemplo, si son buenos observadores pueden leer en el computador de uno de los virólogos el listado de los virus con se intenta una concordancia entre códigos genéticos y encontrarán al virus Nipah. también pueden aprender sobre los niveles de bioseguridad cuando uno de los científicos rompe las restricciones impuestas por las autoridades.
Contagion se convierte entonces en un manual acerca de las epidemias, donde no falta nada: una cámara que incide y explica cual es el modo de transmisión: el aéreo. En qué consiste una cuarentena, hoy llamada distanciamiento social. Cómo se rompe toda la armonía social en una epidemia. Cómo se trabaja ahora para descifrar el código genético y la patogénesis de un virus. Los niveles de Bioseguridad 3y 4 de los laboratorios. La fácil diseminación global de las infecciones que en horas atraviesan continentes, como lo hizo el SARS. Cómo se manejan las autoridades sanitarias frente a los medios de comunicación. Cuáles son los pasos y problemas que se enfrentan en la producción y distribución de vacunas. Cuál es el rol de las compañías farmacéuticas y de los organismos internacionales, como el CDC y la OMS. La presencia perturbadora de los bloggers (grafittis con acentos, según un personaje) y aquellos que frente a cualquier epidemia venden remedios milagrosos, en esta película Forsithia, como en la vida real he visto el Cartílago de tiburón, la Uña de gato y el Noni.
Si en algo funciona Contagion es en su afán didáctico y cuando en el guión el personaje es la comunidad, y me pregunto si no hubiese sido mejor trabajar la idea de un falso documental en lugar de poner a múltiples personajes sin nadie que tenga un rol dramático y trascendental en la trama. Salvo que quiera llamarse drama ver una necropsia en el cuerpo de Gwyneth Paltrow o ver el cuerpo de Kate Winslet envuelto en una bolsa mortuoria.
Una reflexión final, me lleva a pensar en algo que vengo reflexionando hace un par de años, acerca de la decadencia de los Estados Unidos y su sistema. Si es que Sodenbergh ha querido recalcar que tras la crisis política y moral post 11 de Setiembre y la debacle económica global post burbuja inmobiliaria, en el mundo se cierne la paranoia de una gran pandemia como una plaga apocalíptica más.
Si quiere ir a ver una gran película, puede buscar otras alternativas. Ya que esta película me huele a best seller donde todo se explica, ya sea en diálogos que parecen discursos de clase universitaria y si le queda dudas a la cámara solo le falta poner una flecha para que no queden dudas. Con decir que existen espacios donde la imagen está acompañada de música que recuerda a los intervalos de descanso noticioso de CNN o BBC.
Otro tema es ver la película como un crash course acerca de pandemias. La visión de esta película es recomendada entonces para reemplazar el dictado de algunas clases de epidemiología y microbiología y luego entablar un cine fórum. Ojo estudiantes de medicina, ir bien leídos antes de ir al cine, ya que sus acompañantes le acribillarán a preguntas luego de ver la película y es menester no quedar mal.
Intenté estornudar al final de la película para dar con cierto dramatismo que compense mi desazón, pero ni eso me salió.
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