lunes, 27 de febrero de 2012

Los Descendientes







En este mundo hasta el paraíso tiene sus lados oscuros. En The Descendants, Matt King (George Clloney) es un abogado dedicado en exceso al trabajo y tiene un matrimonio que no anda bien. Matt desciende de una antigua familia isleña que deja como herencia, junto a sus primos, una extensión de 25000 acres en una de las islas de archipielago hawaiano. Todos ellos viven un momento crucial, deben decidir si venden la propiedad a una agencia urbanizadora. Matt como abogado es el fideicomiso y se encarga de los tramites. En medio de esto, su esposa, con quien tiene una relación distante, sufre un accidente casi fatal que la deja en coma. Matt se enfrenta entonces a varios conflictos: como enfrentar el estado vegetativo de su esposa, como manejar una relación descuidada con sus hijas, y, como sobrellevar la decision familiar acerca de la propiedad, esta última convertida en tema de interés del resto de isleños.


Matt debe aprender a criar a Scottia, la hija menor de casi 10 años, quien es la que más siente la ausencia de la madre, pues Alexandra, la hija adolescente vive en un internado y fue puesta allí por los conflictos que tenia con su madre quien perdió autoridad debido a sus acciones. Matt se enfrenta a un mundo que permanecía oculto tras su dedicación obsesiva al trabajo, lo que lo hace llevar sus documentos de litigio al cuarto de hospital donde Isabella se mantiene viva gracias a un respirador. Unos dias más tarde, los médicos le comunican a Matt que el proceso es irreversible y de acuerdo a los deseos de Isabella ella debera ser desconectada del soporte vital.


Pero la vida continúa a pesar que intentemos bloquear nuestros contactos con el mundo exterior. Matt desconoce los nuevos códigos de comunicación de los jóvenes y frustrado en su visita al hospital reprocha a su esposa, incapaz de replicar, el haberlo dejado abruptamente sin defensas ante esta nueva situacion. Matt intenta vanamente respuestas a multiples preguntas que deberá ir resolviendo a través de pequeñas pruebas.


Matt busca a Alexandra en el internado y descubre que ella tiene un comportamiento hostil. En casa él tiene que aceptar la presencia de un amigo de su misma edad para que las relaciones entre ambos no sean tan tensas. Abrumado por la distancia generacional y mientras ella se baña en la piscina de casa Matt le confiesa que su madre morirá pronto. Desde ese momento se comienza a tejer una relacion hasta entonces presente solo en teoría. Padre e hija se reencuentran y acercan sus sentimientos y acaso por primera vez concilian en un interés común y sincero. Así como la relación con su hija, Matt debe tejer nuevas relaciones con sus amigos comunes, con sus suegros y con su primos, pero en cada caso la transición deberá ser traumática. En una de esas, en plena discusión Alexandra le descubrirá la doble vida que llevaba Isabella.


Es en este plano que Clooney nos entrega una de sus mejores actuaciones, deja de lado su carácter cinico y despreocupado de otros roles para encarnar un hombre que no ha aprendido a vivir en familia y que ahora debe de hacerlo a la fuerza. Por momentos luce cándido y dueño de una parsimonia que desespera pero contando con la complicidad de Alexandra, quien también aprende a entender a su padre y que es apoyada por su amigo adolescente, logran desentrañar en grupo familiar todas las cuestiones que le plantea su nueva situación. Son memorables dos escenas: la carrera que emprende a casa de sus amigos para corroborar el engaño del que fue victima y el encuentro con el corredor de bienes raíces con quien tenía temas pendientes.


Y es que el personaje de Matt demuestra que debajo de su aparente parsimonia existe un hombre que jamás dejó de amar a su esposa pero que claudicó en demostrar sus afectos refugiándose en el trabajo solo para no tener que enfrentar los problemas que plantea una vida en familia. Matt amaba a Isabella pero no lo pudo decir, o no lo consideraba necesario o estaba muy dolido por el alejamiento de ambos. Solo en su lecho de muerte, despidiéndose de ella expresa amargamente todo su amor y desolación con las siguientes palabras: Goodbye my love, my friend, my pain, my joy es la frase final que con un beso sella el adiós final a su amada esposa. Mujer que funciona como eje articulador de muchas de las acciones de la película pues el resto de integrantes de la familia, Matt, Alexandra y Scottia, trabajarán intensamente para remediar los errores del pasado.


Luego de esparcir las cenizas de Isabella en el mar solo queda definir el conflicto de tierras con los primos, para para entonces Matt ha aprendido que la vida es un continuo que se moviliza independientemente del paso de las generaciones y que, siendo nuestras presencias efímeras y nuestra muerte muchas veces producto de un azar, solo podemos trascender por nuestras obras, entre ellas el recuerdo y enseñanzas que dejamos en nuestros descendientes, con quien nos unen lazos de sangre y afecto que nos hará eternos.

Tal como lo demuestra el plano de la escena final.

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