Pascal se escribe con Fermat, Euler con Goldbach, Kepler con Galileo, Theodor Adorno con Walter Benjamin, Goethe con Schiller. Por otro lado Flaubert se escribe con Louise Colet, Chejov con Gorki, Kawabata con Mishima. La lista puede ser interminable.
El intercambio epistolar entre científicos o escritores revela confidencias, conocimientos científicos o secretos literarios. Es un reflejo del tiempo que les tocó vivir. Una amistad epistolar revela también las grandezas y fisuras del alma humana. Es una buena oportunidad para conocer un poco más de la introspección de mentes que destacan.
Este fin de semana pienso abrir las cartas de dos de mis escritores favoritos, Paul Auster y John Maxwell Coetzee. Una caja de sorpresas.
Y a ver si me da pie para iniciar mi propia aventura postal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario