Fuente: CIPER
Las
bibliotecas personales siempre son una caja de sorpresas. Las hay pequeñas y
literalmente voluminosas. Pero no importa el tamaño que tengan, siempre revelan
la mano propia de su dueño. El mejor
destino cuando fallece el titular de la colección es quew terminen donadas a
una institución que continúe su legado. Algunas terminan canibalizadas por los
herederos, otras dilapidadas por la viuda para terminar en ese inmenso hueco
negro que son los comercializadores de libros viejos.
Esta
semana concurren dos noticias, una la apertura de la muestra de la biblioteca
de Carlos Iván Degregori, antropólogo falleciso hace dos años y estudioso entre
muchas cosas de la violencia política provocada por Sendero Luminoso y la corrupción
del gobierno de Fujimori. La exposición de su colección y archivo personal va
hasta el 5 de Junio.
La
otra noticia es un tanto más truculenta. Revisando las listas de libros más vendidos
en Chile, un título llamó mi atención: “La secreta vida literaria de Augusto
Pinochet”, el nuevo libro del periodista Juan Cristóbal Peña, editado en el
sello Debate. El libro parte por una investigación del Centro de Investigación
Periodística (CIPER) en el 2007 y muestra la descomunal colección de libros de
Augusto Pinochet valorizada en aproximadamente US$ 2.840.000.
De acuerdo a la publicación de
CIPER se sabe lo siguiente:
El informe establece que los libros adquiridos por el general Pinochet
son cerca de 55 mil, cuyo valor global fue estimado en US$ 2.560.000. A este
monto se suman los valores del mobiliario, encuadernación y transporte de
publicaciones editadas en el extranjero, todo lo cual fue tasado en US$ 52.000,
US$ 75.000 y US$ 153.000, respectivamente. El estudio trasciende las
consideraciones económicas.
Tras dar cuenta de la existencia de piezas únicas, primeras ediciones,
antigüedades y rarezas, algunas que ni siquiera se encuentran en la Biblioteca
Nacional, el informe concluye que las bibliotecas objeto del peritaje contienen
obras y colecciones de altísimo valor patrimonial”.
Entre las muchas obras antiguas que atesoró Pinochet y que aún conserva
su familia, aunque sujetas a embargo judicial, se cuenta una primera edición de
la Histórica Relación del Reino de Chile, fechada en 1646; dos ejemplares de La
Araucana que datan de 1733 y 1776, respectivamente; un Compendio de Geografía
Natural y otro de Historia Civil, impresos en 1788 y 1795; un Ensayo
Cronológico para La Historia General de La Florida, de 1722; una Relación del
Último Viaje de Magallanes de la Fragata S.M. Santa María de la Cabeza, de
1788; y un libro de viajes a los mares del sur y a las costas de Chile y Perú,
publicado en 1788 .
Además, el general se hizo de una parte de la biblioteca privada de José
Manuel Balmaceda, incluida una edición a las honras fúnebres del ex Presidente
chileno, en cuyo interior se encuentra una tarjeta de la viuda de éste; una
carta original de Bernardo O’Higgins y una particular edición sobre Manuel
Rodríguez que lleva el timbre de la biblioteca del Instituto Nacional.
Entre
otros libros hay una colección extensa de libros referidos a Napoleón Bonaparte
publicados en el siglo XIX, el Arte de la Guerra de Sun Tzu., tratados sobre
marxismo en francés y sobre la Unión Soviética, una edición de La Araucana de
Alonso de Ercilla de 1733 y otra de la Florida del Inca de Hernando de Soto que
data de 1723.
Pinochet
sentía un particular aprecio por los libros y era muy conocido en los círculos
de las librerías de viejo desde sus primeros años en el Ejército chileno. En
una declaración jurada de setiembre de 1973, luego del golpe militar, Pinochet
refiere que su biblioteca personal asciende a un costo aproximado de US$
12,000. Cifra que asxcendió exponencialmente
en los años siguientes.
De
acuerdo a las reseñas, el libro de Juan Cristóbal Peña relataría además una
historia espeluznante y da los rastros para esbozar una teoría. Pinochet era
una persona muy reservada y nunca mostró en público una pizca de erudición, sin
embargo era un coleccionista compulsivo de libros. Al parecer tenía un
resentimiento perpetuo hacia aquellos que admiraba y no podía superar. Se
cuenta de una historia de plagio a un profesor de la escuela militar y de los
detalles del asesinato de Prats, un general sobresaliente que siempre estuvo
intelectualmente y militarmente por encima de Pinochet, que fue asesinado por
una bomba detonada a distancia cuando el general y su esposa estaban en el
exilio luego del golpe militar.
Un
general coleccionista de libros, una dictadura feroz. Historias de
resentimientos y plagios. Ingredientes suficientes para un libro que espero
conseguir en los siguientes meses. Pinochet tenía la costumbre de sellar todos
sus libros con una imagen de una mujer alada y el lema ex libris. Las lecturas de una persona, su afán de coleccionar
ejemplares muestran detalles de la personalidad que muchas investigaciones pueden
soslayar
Mientras
tanto, es bueno reflexionar en la importancia no solo de coleccionar libros
sino de saber cómo usarlos, pues el conocimiento es una arma de varios filos,
que se puede usar de acuerdo a la ética del lector.
Y
uno tiene que tratar siempre de ser un buen lector.
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