Fuente: San Francisco State University
El lenguaje del cine debe de ser distinto al literario. Las imágenes, el sonido y la simultaneidad juegan a favor de las películas. El detalle de los personajes, sus reflexiones internas y la libertad en la extensión del texto juegan a favor de las novelas.
Llevar una novela al cine , sobre todo si es conocida o muy buena, conlleva un mayor riesgo de fracaso. ya que cada uno de nosotros ha imaginado a sus personajes y a sus locaciones, de acuerdo a la experiencia de vida de cada lector. Uno interpreta la narrativa desde su propio punto de vista.
Ejemplos de buenas películas basadas en una excelente novela son Apocalypse Now de Francis Ford Coppola (de El Corazón de las Tinieblas de Joseph Conrad) y Muerte en Venecia de Lucchino Visconti (novela homónima de Thomas Mann).
El pasado lunes me tomé un día libre, que usualmente me sirve para arreglar los miles de pendientes que llevo al hombro. Entre sílabos, apuntes y libros, leyendo un tratado sobre Diabetes, me quedé pensando en que no hay dos diabéticos iguales, o dos hipertensos o simplemente dos hermanos iguales y recordé lo que dijeron en la escuela de Medicina y que ahora repito a mis alumnos: uno debe tratar enfermos y no enfermedades.
Cada ser humano es un cúmulo de experiencias, temores y ansiedades. Por tal motivo, un dolor de cabeza no será el mismo para una persona promedio que para un hipocondriaco, o peor aún para un histriónico o un narcisista.
Y luego de estas reflexiones volví al cine, una película adaptada de una pieza literaria, debería ser la visión personal de un texto, un patrón definido de acuerdo a la cosmogonía del director. Obviamente no siempre encaja con nuestra "realidad" ni con la "película" que nosotros hemos imaginado al leer el texto.
Entonces, para que una película adaptada de una novela nos cautive, la visión del director debe ser peculiar y traernos algo nuevo, muy personal y no necesariamente debe de ser fiel al argumento de la obra. Es más, no debería seguirlo. Por eso, muchos autores son reticentes de ceder sus derechos de autor para que la novela sea llevada al cine.
Estas semanas, nuestra cartelera, usualmente pobre y llena de películas insulsas, se llena de algunas promesas que nos traen las candidatas al Oscar, y así como el año pasado tuvimos Petróleo, No es País para Viejos y El Velo Pintado, como textos que inspiraron películas, este año ya están exponiéndose o por exponer las versiones cinematográficas de: Vía Revolucionaria de Richard Yates, El Curioso Caso de Benjamin Button de Scott Fitzgerald o Q&A de Vikas Swarup.
Cuyos resultados, al menos los dos primeros casos, no fueron satisfactorios para mí. Espero con ansias ver Slumdog Millionaire en su estreno en Lima para el próximo jueves.
En la Foto: Los cuatro jinetes del Apocalipsis bombardeando la nada
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