sábado, 19 de mayo de 2012

1 en 10,000


Lo aprendido no se olvida. Esta mañana durante la visita clínica de rutina, mi equipo me pidió un favor: hacer un procedimiento invasivo simple. Su solicitud me sorprendió por varias razones, usualmente los más jóvenes quieren hacerlos porque les gusta y para alcanzar la destreza. Con el tiempo, cuando el entusiasmo pasa y se convierte una obligación, uno lo hace por cumplir y en un momento dado nos damos cuenta que hay mas personas que lo pueden hacer con la misma eficacia y se termina dejando la labor a los que van llegando. Eso me ha pasado a mí y muchos más.

Por eso cuando me pidieron hacer una punción arterial los miré con extrañeza. Me explicaron sus razones, lo habían intentado todos en vano, internos y residente. Además, argumentaron que como el paciente había tenido punciones arteriales múltiples tenia las arterias duras y 'fibrosadas".

Yo, que cuando durante el externado, internado y residentado, tenía un porcentaje de error de aproximadamente 1 en 10,000, dudé al hacerlo. Hacía buen tiempo que no lo hacía y me pasó algo similar a mi primera semana como residente cuando en una ronda clínica, mis profesores me pidieron hacer una punción lumbar (para sacar líquido cefalorraquídeo) en ese mismo momento. Mientras conversaban de temas banales, yo preparaba al paciente, colocarlo en la posición correcta, identificar el espacio vertebral, hacer la asepsia, ponerme los guantes, escoger la aguja. Antes de hacer el procedimiento miré a mi auditorio, mostrando seguridad así por dentro tuviera un gran temor de fallar y quedar mal, pero sobre todo autocastigarme por el error, hacía mas de un año que no realizaba procedmientos y la falta de continuidad relaja la destreza. Pero, en fin, ya estaba sentado con cinco pares de ojos evaluandome. Aguja en mano, la puse en el punto indicado y presioné, sentía como atravesaba la blanda capa de tejidos blandos hasta sentir perforar las meninges y caer en un espacio vacío donde la presión se relaja. Detuve mi avance pues asumí haber llegado al espacio correcto. Retiré la guía interna de la aguja para permitir la salida del líquido, Fuerion segundos interminables. Por el orificio del metal una gota, que la ví inmensa, hinchada y transparente, aparecía para desaperecer mi silenciosa angustia. El líquido goteaba a un rimo regular hasta completar el volumen de  muestra requerido. tapé el punto de punción con una gasa y me quité los guantes en señal de triunfo.

Pero los años pasan y los ciclos se repiten. Esta mañana mis alumnos esperaban que no fallara, en una situación para mí donde me he vuelto escéptico a casi todo y mis mayores aficiones y entusiasmos muchas veces están lejos del campo clínico. Así que me lavé las manos y comencé a explorar las arterias de mi pacientes. Decidí el punto, la arteria radial derecha. Sentí el pulso saltón entre mis dedos. Hice la asepsia y tomé la jeringuilla en dirección a la piel, fue fácil atravesarla y descender a planos inferiores, pero no veía aparecer sangre -cuando pinchas una arteria, a diferencia de una vena donde hay que succionar, la presión de la sangre hace que ésta emane como un geiser- así que empujé la aguja un poco más, sentía que atravesaba una capa dura que no se si era una fibra o una pared arterial endurecida por las placas de colesterol acumuladas durante años. Todo esto lo hacía con lentitud, midiendo mis milímetros, hasta que por el canal transparente de la jeringuilla brotó el líquido viscoso y casi rosado de la sangre arterial, pulsátil,  saltando lleno de vida. Llené la jeringuilla , la retiré y se la entregué a mi Interna para que la lleve al laboratorio. Me quedé unos minutos presionando la zona de punción hasta colocar el apósito final.

Mientras me lavaba las manos en silencio, pensé en que mi entusiasmo no había desaparecido al igual que mi destreza, y que solo esperaba una oportunidad como ésta.

Para seguir creyendo.

2 comentarios:

Ivo Urrunaga dijo...

Hola, estoy vendiendo un libro que tal vez le interese: Médicos escritores, de Miguel A. Llado.

Aldo Vivar dijo...

Gracias por leer el blog y dejar un comentario. Me interesa conocer mas detalles del libro