Fuente: University of Florida
La
naturaleza siempre nos sorprende con un nuevo zarpazo. Esta vez ayudado por la
mano del hombre. Una vez consideradas enfermedades endémicas confinadas a un
ecosistema particular se propagan por la rapidez con la que seres humanos
viajan entre continentes. Esta vez le ha tocado atravesar las barreras
migratorias a un nuevo virus, conocido por los reportes epidemiológicos
internacionales pero insospechado en nuestras tierras.
Su
nombre deriva de una palabra del dialecto Swahili o Makonde: Kun qunwala (que significa “quedar
encorvado”). Es un alfavirus tropical que da el nombre también a la enfermedad:
Chikungunya. Este virus fue reportado
por primera vez entre 1952-1953 en la Meseta Makonde situada en una provincia
sureña de Tanzania (antiguamente Tanganika), es transmitido por mosquitos del
género Aedes (A. aegypti y A.albopictus). Un virus de la misma
familia es endémico en la selva peruana, el Mayaro.
El
virus Chikungunya se ha diseminado a
lo largo de este tiempo por las regiones tropicales de África Central, el
Sudeste Asiático y la India. Hace unos años fue reportado en Europa y en los Estados
Unidos, como casos anecdóticos. La enfermedad es propia de las zonas tropicales
y ocurre como epidemias que se presentan en las temporadas de lluvia, época que
aumenta la densidad poblacional del mosquito vector. Recuerden que el calor aumenta
y acelera la eclosión de huevos de
mosquitos. Este virus se transmite entre
humanos durante los brotes epidémicos pero fuera de estos periodos tiene como reservorios
a monos, roedores, aves y otros invertebrados. Estos animales presentan el
virus en la sangre pero no síntomas prominentes. Mientras que en el África es
una enfermedad rural y endémica, en Asia es urbana y epidémica.
A
inicios del año se reportaron los primeros casos de la infección por Chikungunya en algunas islas del Caribe.
La llegada al Perú era cuestión de tiempo. Así como hace algunos años los
primeros casos importados de Influenza H1N1 procedieron de jóvenes que viajaron
a resorts de República Dominicana,
esta vez los tres casos reportados de infección por Chikungunya identificados por el Ministerio de Salud, proceden del
mismo país.
La
infección es muy similar al Dengue, un virus de otra familia pero que comparte
el mismo vector y algunas características clínicas. Tiene un tiempo de
incubación promedio de 2-4 días (pero que puede ir de 1 a 12 días). Los
síntomas son fiebre alta (hasta 40°C), dolor de cabeza, dolores musculares y
articulares que provocan que el paciente se encorve. Las articulaciones se
afectan de manera simétrica, es decir a ambos lados del cuerpo: muñecas, codos,
rodillas, tobillos, dedos de manos y pies. Algunas veces puede presentar una
erupción cutánea, edema (hinchazón) facial. Puede afectar a niños provocando
además sangrado gingival o petequias (minúsculas manchas de sangre en la piel).
Si el virus infecta a una mujer embarazada ocurre la probabilidad que se
transmita al feto a al recién nacido.
Los
síntomas se resuelven entre 7 a 10 días de manera espontánea, pues no existe
tratamiento específico, pero pueden permanecer como secuela incapacitante el
dolor y la inflamación articular. Tal persistencia puede durar meses.
No
existe vacuna contra el virus Chikungunya
pero las personas infectadas desarrollan inmunidad protectora por largo
tiempo. Se puede detectar el virus circulante en sangre desde el inicio de los
síntomas y los anticuerpos específicos aparecen a la semana (IgM) y a los 15
días (IgG).
El
diagnóstico puede ser Posible (manifestaciones clínicas), Probable (clínica más
antecedente epidemiológico) y Confirmado (clínica, epidemiología y laboratorio).
Es muy factible que las pruebas específicas de laboratorio estén disponibles en
Perú y si lo fuera estarían solo en laboratorios de referencia.
El
control del mosquito es la mejor medida de prevención. Las campañas contra la
diseminación del Dengue serán igual de efectivas pues se ataca al vector común (mosquiteros,
repelentes, usar ropa con mangas largas, eliminación de reservorios de agua).
A
pesar de tener un invierno cálido no parece existir un riesgo inmediato de
brote de Chikungunya. Sin embargo, la vigilancia epidemiológica y el
control migratorio son vitales para evitar la propagación en nuestro territorio
de una enfermedad más severa que el Dengue y a la que potencialmente estamos
expuestos por presentar el ecosistema favorable a esta infección: vivir en una
región tropical que por ahora no expresa el clima de mayor calor y humedad (a
partir de Octubre en costa y selva).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario