Fuente: Planeta
“Las cosas son
como la gente de arriba dicen que son...Hay que pensar que es así...por el bien
de todos”
reflexiona uno de los personajes de la última novela de Alonso Cueto, Cuerpos
Secretos, ante el designio inamovible de transfigurar la verdad por la
ciega y absoluta decisión de la dinámica social.
Una
dinámica, la de los compartimientos estancos y las cosas predestinadas, que es
adquirida al nacer en determinado círculo social. Somos colocados por el
destino en mundos paralelos que no pueden ser trasgredidos sin recibir un
castigo. Los personajes principales de Cuerpos Secretos: Lourdes, una dama
adinerada e infeliz esposa atrapada en una trama de apariencias; y, Renzo, un
joven profesor de matemáticas que intenta escapar de la pobreza con el trabajo
constante. Ambos tienen una gran carencia de afecto que los obliga a refugiarse
en la rutina hasta que la casualidad los junta. Un apurado desencadenamiento de
hechos fortuitos hace que el
deslumbramiento de Renzo y la vulnerabilidad emocional de Lourdes generen el
desarrollo de una relación sentimental.
Cuerpos Secretos trabaja la idea
de dos mundos paralelos: Uno, el dominante, con estrictas normas sociales pero donde
algunos de sus miembros infringen normas morales que se ocultan en un manto de
hipocresía, los que sufren esta situación no les queda más que dos alternativas
o caen en el nihilismo o en la frustración crónica. Dos, con menores normas
restrictivas, sus habitantes se orientan al trabajo como fuente de superación
social, si bien no está exento de problemas éstos pueden discutirse sin
remordimientos. Ambos mundos se miran con desconfianza e interactúan por un
beneficio propio pero sin posibilidad de empatía mutua.
Lourdes
y Renzo no solo comparten sus estados de vulnerabilidad sino además una fuerte
dependencia afectiva con el padre ausente, en ella, las culpas paternas
marcaron su compromiso de vida a largo plazo; en él, existe una gran
responsabilidad por concretar un legado. Esta lejana figura funciona como
derrotero para ambos personajes. Por contraposición, los personajes femeninos
lucen fuertes y seguros de sí.
La
novela trabaja el conflicto a partir de la relación sentimental entre actores
sociales dispares como Lourdes y Renzo, cuyos encuentros furtivos no son ajenos
a sus propios entornos. Por un lado, Vanessa, la ex novia de Renzo y, Milos, el
eterno pretendiente de Lourdes no funcionan como observadores sino además
realizan acciones que modifican el devenir de aquel limbo en que se ha
refugiado la pareja. Pepe, el esposo de Lourdes, es el detonante de las crisis,
a veces desencajado, a veces ligeramente grotesco.
Cuerpos
Secretos es una historia sentimental que deviene en policial. Acaso una salida
traumática era la manera mas apropiada para resolver un conflicto que comenzaba
a enredar a sus protagonistas, ya que los personajes de ambos mundos comienzan
a entrecruzarse y entablar dilemas sin solución aparente. Una crisis quiebra
temporalmente la relación afectiva y que puede leerse como castigo a la
trasgresión de las normas sociales, el amor que atraviesa las diferencias de
clase, raza y edad. En ese momento la relación entre Lourdes y Renzo pasa a un
segundo plano y es desplazada por las tareas de pesquisa de dos agentes
policiales con un profundo y práctico sentido de la vida y cuyos diálogos
oxigenan el ambiente taciturno de los acontecimientos.
En
la segunda parte de la novela los personajes secundarios sostienen la trama y
de rato en rato revelan las acciones de Lourdes y Renzo, alejados de la ciudad
y sus propias vidas. Los protagonistas se separan geográficamente mientras el
tiempo realiza su trabajo reparador repitiendo los ciclos de muerte y
nacimiento. El Coronel Piña y su asistente, Gerardo, el medio hermano de
Lourdes y Milos, el amigo común de la pareja de esposos, se encargan de limpiar
y empañar consecutivamente las pistas de un evento traumático.
Cuerpos secretos es además una
novela topográfica que permite, a quien conoce Lima y el Cusco, el reconstruir
los viajes físicos de los personajes, como calles y plazas. Revela además las
influencias literarias del autor, que colorea los ambientes, dotándolos de una
perspectiva casi fotográfica y haciendo que sus personajes reflexionen ampliamente
sobre sus aspiraciones y sentimientos, así como la impronta que ha dejado el
pasado sobre sus destinos.
La
bondad y la maldad deberían estar igualmente repartidas. Sin embargo en algunas
personas el tinte esta más cargado de un lado. “Mi papá también era un maestro. Es una profesión para la que hace
falta ser una buena persona. A lo mejor para ser físico o un buen matemático no
es necesario ser una buena persona, pero en algunas profesiones sí; la
enseñanza por ejemplo, o la medicina”
Para
Cuerpos
Secretos esto podría ser una cuestión de cuanto amor se ha recibido en
la vida.
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