jueves, 29 de marzo de 2012

A la vuelta de la esquina



Cada época construye sus propias psicopatologías. Si bien es cierto que los trastornos mentales existen desde los inicios de la humanidad, las frecuencias de determinados trastornos han variado a lo largo de la historia. Por ejemplo, durante el siglo XIX muchas formas de locura eran secundarias a infecciones como la Sífilis o los parásitos intracerebrales. Otro tanto puede decirse de la Histeria, una entidad clínica que tuvo su cenit a finales del siglo XIX y que actualmente no goza de una denominación nosográfica sino que se ha subdividido en diversas condiciones clínicas conocidas ahora como Desórdenes Somatomorfos y Disociativos.

Existe otro grupo psiquiátrico importante como los Desórdenes de la Personalidad los cuales se van generando lentamente como efecto colateral de las normas sociales, de educación y crianza imperantes en determinado intervalo histórico. Con el paso de los años nuevas tipologías se suman a las ya existentes y de la misma manera otras llevan el camino de un lento pero inexorable repliegue.

El pasado domingo en el suplemento del diario La República, Jorge Bruce informa acerca de una nueva caracterización de la personalidad proveniente de la escuela francesa, el Perverso narcisista. Sus criterios serían:


1. Vampirización de la energía del otro. 2. Ausencia de empatía, frialdad emocional. 3. Insatisfacción crónica. 4. Denigración de su pareja, al principio con humor. 5. Indiferencia a las necesidades del otro. 6. Estrategia de aislamiento de su presa. 7. Egocentrismo. 8. Culpabilización del otro. 9. Incapacidad de autocrítica sincera. 10. Negación de la realidad. 11. Seductor y brillante en público; tiránico y destructor en privado. 12. Obsesión de la imagen que da al exterior. 13. Temible retórica. 14. Psicorrigidez. 15. No soporta el bienestar de su pareja. 16. Inversión de roles: se hace la víctima. 17. Discurso paradójico y contradictorio que confunde al otro. 18. Alivio mórbido cuando el otro se “bajonea”. (Le Nouvel Observateur del 15 al 20 de
marzo 2012).


Lo interesante del artículo de Bruce es la señal de alerta de que algo sucede en la sociedad actual, orientada al éxito y al resultado inmediato. Bruce explica acerca de los condicionantes, y para ello entrega una cita: Para Dominique Barbier, psicoanalista experto en tribunales, la intensificación del individualismo, la pérdida de autoridad del padre, la negación de la muerte, la obligación de gozar y consumir fabrica sujetos que “quieren todo, ya mismo, y el otro me estorba”. Se trata de sujetos arrogantes, insensibles y sin principios.

Bruce alude que el narcisista perverso es la nueva psicopatología del siglo XXI, pero es allí donde tengo mis reparos. Ya existe la tipología del Narcisista y pertenece a la categoría B (dramático, emocional, errático). Ya que los desórdenes de la personalidad son agrupados por compartir rasgos comunes, el narcisista comparte el grupo con las personalidades histriónicas, las limítrofes (borderline) y las antisociales.

Los desórdenes de la personalidad son patrones de comportamiento que lesionan la interacción social en dos sentidos, el que la padece y quienes lo acompañan. Los límites entre psicopatologías, como en cualquier clasificación psiquiátrica, son borrosos y como en las pinturas impresionistas, los trazos de un carácter son compartidos por otros y las tipificaciones se hacen mejor cuando, al tomar distancia, uno se fija en los rasgos dominantes. Es decir, es muy difícil encontrar una psicopatología que cumpla todos los criterios diagnósticos, por lo general tendrá algunos rasgos dominantes y se “prestará” algunos rasgos provenientes de otras categorías. Eso es lo que en cierta medida hace a los pacientes tan singulares, como al resto de seres humanos.

A modo de ilustración voy a mencionar los criterios de las psicopatologías del Grupo B:




Narcisista

(1) tiene un grandioso sentido de autoimportancia (p. ej., exagera los logros y capacidades, espera ser reconocido como superior, sin unos logros proporcionados)
(2) está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios
(3) cree que es «especial» y único y que sólo puede ser comprendido por, o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) que son especiales o de alto status
(4) exige una admiración excesiva
(5) es muy pretencioso, por ejemplo, expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial o de que se cumplan automáticamente sus expectativas
(6) es interpersonalmente explotador, por ejemplo, saca provecho de los demás para alcanzar sus propias metas
(7) carece de empatía: es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás
(8) frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás le envidian a él
(9) presenta comportamientos o actitudes arrogantes o soberbios

Antisocial:

1. fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal, como lo indica el perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención
2. deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para obtener un beneficio personal o por placer
3. impulsividad o incapacidad para planificar el futuro


4. irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones
5. despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás
6. irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas
7. falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber dañado, maltratado o robado a otros


Como se puede ver la potencial nueva psicopatología no es nueva sino que, al parecer su propulsor a mezclado los rasgos de otros desórdenes del grupo B y le ha dado un nuevo adjetivo acaso con fines de difusión masiva. Lo que quedaría claro es que el acentuado Utilitarismo y el efecto de la alta exposición de los medios de comunicación masiva de la sociedad actual tienen que ver con la supremacía de los desórdenes del grupo B. Bruce llama la atención sobre la presencia de narcisistas perversos en nuestra clase política, pero creo que tal afirmación es imprecisa. Basta caminar por las calles, leer las noticias o escuchar historias cercanas para darnos cuenta que narcisistas, limítrofes, histriónicos y antisociales están a la vuelta de la esquina en todas las clases sociales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que tontera lo del huevo

Anónimo dijo...

es muy aburrido