En las últimas semanas he utilizado, en las prácticas clínicas con mis alumnos, un texto de Edgar Allan Poe, el primer párrafo de "Los Crímenes de la Calle Morgue:
"Las características mentales que suelen considerarse analíticas son, en sí
mismas, de dificil análisis. Sólo las apreciamos a través de sus resultados. De ellas conocemos,entre otras cosas, que son siempre, para el que las posee en grado extraordinario, una fuente del mas vivo placer. Del mismo modo que el hombre robusto disfruta con su habilidad física,deleitándose en aquellos ejercicios que ponen en actividad sus musculos, el analista goza con esa actividdad intelectual que se ejerce en el hecho de desentrañar.
Consigue satisfacion incluso en las mas triviales ocupaciones que ponen en juego su talento. le encantan los enigmas, los acertijos y los jeroglíficos, y, al solucionarlos, muestra un grado de perspicacia que, para la gente normal, parece sobrenatural. Los resultados, fruto del método en su forma mas esencial y profunda, tienen todo el aire de una intuicion..."
Desde que lo leí me pareció interesante aproximarme al texto de este cuento policial al momento de desentrañar las dolencias de las personas, ya que eso es lo que somos, detectives de enfermedades.
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