jueves, 28 de agosto de 2008

Lo Que Queda del Día


Esta vez no voy a referirme a la novela de Kazúo Ishiguro. Este mes de aparente silencio ha estado marcado por tres asuntos fundamentales: la FIL Lima, el Festival de Cine de Lima -al cual llegué raspando- y el Curso Gorgas de Medicina Tropical para Expertos.


Cada cual imponía un ritmo distinto, el viaje interprovincial hasta el Jockey Plaza para perderme entre las páginas de las novedades y de los clásicos. La elección de las películas a ver, con calendario en mano, donde las decisiones a veces pasaban por un salto al vacío; y, repetir hasta la saciedad el circuito de visitas clínicas en el hospital, buscando y presentando casos, sumergiéndome en la maraña bibliográfica.


No morí en el intento, ahora tengo más libros en los estantes, pendientes de lectura; las películas, disfrutadas en la gran sala oscura me enseñaron nuevas formas de narración: y, los casos clínicos refrescan mi ejercicio clínico.


Pero terminé exhausto. Alcanzar el cenit agota. No pocas veces este mes quede dormido, atrapado bajo la colcha que me protegía del frío, con el libro abierto o irradiado por la pantalla del televisor.


Es momento ya de ordenar la casa. De completar mis textos que van por su enésima revisión y de darle forma al análisis de todas las lecturas que, con paciencia, se vieron un poco relegadas pero que siempre estuvieron acompañándome , en esos lapsos que me permitía para respira con tranquilidad.


Lo que quedó de cada uno de esos días, será motivo para la publicación de futuros posts.

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